Las palabras pertenecen a Laura Rostagno, directora de la Escuela Primaria Nuestra Señora de los Desamparados de Carhué, la cual se había visto afectada el pasado 5 de marzo producto de la copiosa lluvia que anegó al barrio Villa Azul (en el acceso a la localidad) y que el lunes 15 logró abrir sus puertas para comenzar el ciclo lectivo.
Esa jornada, cuando llovieron 200 milímetros de golpe, la institución tenía todo listo para el inicio de las clases, pero cuando el edificio empezó a llenarse de agua se dispuso desalojar de inmediato.
El barrio no la estaba pasando mejor, la gente dejaba sus hogares con lo puesto para dirigirse hacia centros de contención dispuestos por el Municipio. Hubo 300 evacuados, algunos con pérdidas materiales totales en sus hogares. Los vehículos pasaban flotando, arrastrados por el agua.
"Tuvimos que salir de la escuela por una cuestión de cuidado, más que nada por el tema de la electricidad. Unas horas después pude regresar y me encontré con que el agua me llegaba arriba de la rodilla", contó quien es su directora desde febrero de 2020, cuando atravesó el desafío educativo que implicó la pandemia.
Solo en el sector de comedor el nivel del agua era un poco más bajo, pero cuando descendió, había barro por todos lados. El panorama era desalentador. Se habían afectado las paredes y material didáctico.
"Allí empezó algo muy feo, triste y doloroso porque la institución hace todo con mucho trabajo y esfuerzo de las familias", agregó.
Destacó que a menudo los papás, abuelos y hasta tíos se unen para colaborar y que la escuela esté bien, en condiciones, por el bienestar de los niños que allí concurren.
"También contamos con el apoyo de la comunidad que cada vez que hacemos actividades responde para que podamos recaudar lo que sea para la escuela", dijo.
"Fue muy angustiante, pero fue ese momento, y al otro día había que estar de pie", admitió.
Cuando bajó el agua, el equipo docente, personal de maestranza y familias colaboradoras de la institución decidieron empezar a limpiar y sacar el barro.
El sábado y domingo la institución difundió un flyer para invitar a todo aquel que se quisiera sumarse a una jornada de limpieza solidaria porque había que empezar las clases.
"El sábado vino muchísima gente. Lo más grueso se terminó de limpiar ese día y el domingo solo acudió el equipo docente, personal de maestranza y algunos papás", contó.
Así la escuela se fue reconstruyendo con la ayuda solidaria de toda la gente de Carhué y también de la zona.
"Hay gente que nos depositó dinero. Muchas instituciones nos ayudaron y nos siguen ayudando porque realizan actividades y donan lo recaudado a nuestra institución", comentó.
"Esto no lo podíamos lograr solos, fue en tiempo récord: en 10 días la escuela ya está funcionando", expresó.
El intendente de Adolfo Alsina, Javier Andres, y sus colaboradores, se acercaron de inmediato.
El mayor problema era que la instalación eléctrica se había visto afectada en un amplio sector, prácticamente en la mitad de la escuela y la situación era muy peligrosa.
"La respuesta del Municipio fue positiva: que sí, que la mano de obra y todos los materiales los iba a pagar el Municipio para que la escuela estuviera bien y realmente fue así", subrayó la directora.
El equipo colaborador también tuvo que retirar machimbre de un amplio sector porque había sido afectado por el barro y no estaba en buen estado.
Aportó aquel que tenía dinero pero también aquel que vive al día, aquel jubilado que apareció con un litro de lavandina para dar una mano y el que llevó una caja de lápices.
"Desde la comunidad educativa decimos gracias infinito a todos los que colaboraron. Es tanto lo que recibimos que no encontramos más palabras que agradecer", añadió.
"La comunidad y gente de localidades vecinas aportaron su granito de arena que la escuela esté en pie y hoy casi 150 alumnos están en las aulas como debe ser", señaló.
Datos sobre la escuela
La Escuela es de gestión privada sin arancel y pertenece al arzobispado de Bahía Blanca. El salario de los docentes es por subvención del Estado. Tiene una matrícula de 150 alumnos y hay lista de espera.
Nuestra Señora de los Desamparados funciona en dos niveles: inicial, con una sala multi edad, y primario, de 1º a 6º año, con modalidad de jornada completa. Los niños ingresan a las 8 y se retiran a las 16. Desayunan, almuerzan y meriendan en la escuela.