En la madrugada de ayer jueves, Ceferino Franco, propietario de un taller mecánico ubicado en la intersección de las calles Italia y 41, se vio damnificado por un hurto ocurrido en su lugar de trabajo, donde malvivientes se alzaron con una gran cantidad de herramientas de mano. Es así que "El Diario de Pringles" dialogó con él y en la oportunidad, el mecánico se refirió a lo sucedido, diciendo. "Ha sido anoche porque yo entré al taller a las 8 y media de la mañana, y cuando fui al tablero a buscar un tubo, me encontré con que no había nada, ni un tubo, ni una llave, ni el cargador de batería, faltaba prácticamente todo. Estimo que el valor de lo que se llevaron ronda los dos millones de pesos", relató Franco.
El robo de herramientas, se perpetró a través de un boquete que los malvivientes, hicieron en una pared lateral del taller, justamente la que da sobre calle 41. "Hicieron un boquete ahí por la pared, un agujero grande y se han llevado los elementos en una mochila", explicó Ceferino, mostrando la meticulosidad con la que los delincuentes llevaron a cabo su plan.
Aunque los ladrones se llevaron una cantidad de herramientas, el damnificado reconoce que su tarea no fue sencilla. "Se han tomado su tiempo, pero tampoco les ha sido muy fácil porque dejaron algunas herramientas colgadas todavía", comentó.
El robo ocurrió entre las 00 hs y las 2 de la mañana, según los testimonios recabados entre los vecinos. "Me dijeron que se escuchó torear mucho a los perros", describió, refiriéndose al ir y venir constante de los perpetradores durante la noche. Tras el descubrimiento del robo, emprendió una búsqueda exhaustiva en la zona, encontrando evidencias preocupantes. "Salí a la tarde a recorrer la zona y me encontré con un perro atado, con una apuñalada en el cuello, y el otro tenía un puntazo en la paleta, más en la esquina", relató, señalando la violencia que rodea a este tipo de delitos.
Con la denuncia ya realizada, Ceferino espera que las autoridades puedan avanzar en la investigación. "Solamente estoy esperando los datos de las cámaras de seguridad que hay en el barrio y de la Justicia", comentó, evidenciando su confianza en el sistema legal para obtener justicia.
A pesar del impacto económico y emocional del robo, Franco mantiene una postura comprensiva hacia los responsables. "No sé si se arrepienten de lo que hicieron, porque yo soy un pibe de acá, del barrio, que me he criado de los 8 años a los 32 que tengo actualmente. La gente del barrio me aprecia mucho porque además soy un laburante", reflexionó, mostrando su deseo de recuperar sus herramientas de trabajo. La pérdida de sus herramientas representa, no sólo un golpe económico, sino también un revés en su capacidad para seguir adelante con su trabajo diario. "A los que me robaron las herramientas, les pido que reflexionen y me las devuelvan porque las necesito para trabajar, que me las manden en un remis y yo las compro", aseguró, ya que en una ocasión anterior de robo fue así cómo pudo recuperar lo sustraído.
Con más de cinco años dedicados a armar su colección de herramientas, Ceferino lamenta profundamente la pérdida. "A la pared, le faltaban una filita de ladrillos, capaz que ha estado deteriorada y con una patada, lograron hacer un hueco y después les fue más fácil para agrandarlo", explicó el damnificado, mostrando la vulnerabilidad de su taller ante la falta de medidas de seguridad adecuadas.
La incertidumbre sobre el futuro de su taller y su negocio lo atormenta. "Hoy dos clientes se llevaron los autos porque no tengo herramientas para terminar de arreglarlos", se lamentó, reconociendo la difícil situación en la que se encuentra.
Con un mensaje de resignación y esperanza, el damnificado concluyó la entrevista, expresando. "La vida pega muchas vueltas", reflexionó, aceptando las adversidades que la vida le presenta.