Como todos los años, "El Diario de Pringles" brinda un espacio para que el cura Párroco local, deje un mensaje de Navidad a la comunidad. En esta ocasión, invitamos para que se sume a la propuesta al Padre Matías Pardo, y en esta fecha especial, ésta fue su reflexión:
"EN ESTA NAVIDAD, DEJEMOS QUE LA TERNURA DE DIOS NOS TRANSFORME CON SU ESTILO.
Que podamos convivir con alegría; así nace la paz que alegra inmensamente a barrios, hogares y corazones."
Hermanas y hermanos, la Navidad nos llama a bajar del orgullo y a acercarnos con manos abiertas; el Niño nace donde hay humildad y corazón dispuesto.
En cada gesto sencillo "?una visita, una comida compartida, una palabra que consuela, los jóvenes que ya volvieron de la Facultad o sus estudios superiores"? se hace presente Dios y su Misericordia. Como nos recuerda el Evangelio, no hace falta grandeza para recibir al Señor: basta la ternura de un corazón que comprende otro igual a uno mismo. Que nuestra ciudad, nuestras Capillas, las comunidades, las sociedades intermedias, colegios y nuestras propias casas sean pesebres vivos donde la esperanza se enciende.
Es ocasión de celebrar sobre todo con la Misa porque es Navidad. Te espero porque es muy grato compartir. Pero también es la ocasión de dejar atrás ese cansancio de los buenos. A veces vas danto tu mejor versión y haciendo todo para transitar el camino y no siempre te fue todo grato. Observemos esto: el camino es el bien que Jesús te invita a recorrer, pero sos vos el que tenés quedar cada paso.
Te invito a dar el paso de sentirte feliz porque es Navidad. Porque te van a saludar y vas a responder. A ser más consciente en las cosas que se nos han regalado este año. A asumir la convivencia con paciencia y sin enojos, con la sociedad, en la calle cuando conducís el auto o la bici, cuando cruzás la calle siempre por la esquina.
Es momento de reaccionar ante lo que podemos hacer cada uno con la vida y cantidad de oportunidades para vivirla felices y respetando la vida del que también tiene la ocasión de comenzarla como vos.
Te invito a que hagas propia esta oración y te fijes qué más podrías pedir:
Adviento, una oración
Señor, abre mis oídos a tu Palabra.
Señor, despierta mi corazón a la esperanza.
Tú vienes, vienes siempre a mi encuentro.
Tú vienes siempre con amor.
Haz que me ponga en tu camino para recibirte.
Te abriré la puerta de mi vida.
Nos daremos el abrazo entrañable.
Y al oír los pasos de tantos caminantes del mundo
Me sentiré hermano de todos
Y compartiré con ellos mi paz y mi esperanza.
Amén.
Que el Niño Jesús, nacido en la sencillez, nos conceda coraje para servir y alegría para celebrar. Que la Virgen nos guíe y que la paz de Dios siga transformando nuestra convivencia en Coronel Pringles. Amén.
Feliz Navidad
Padre Matías Gonzalo Pardo