El pasado miércoles, se vivió un momento cargado de emoción con la jubilación de Ana Adela Espil, una reconocida trabajadora del sistema educativo que cerró una etapa de 26 años de labor ininterrumpida. Rodeada de amigos, colegas y personas que compartieron distintos tramos de su recorrido profesional, Espil recibió muestras de afecto y reconocimiento por una trayectoria marcada por el compromiso, la vocación y el trabajo colectivo.
En un clima distendido, pero profundamente emotivo, la homenajeada destacó la importancia del acompañamiento recibido a lo largo de su carrera. "Gracias al grupo acá de cómplices, que son varios, yo los veo", expresó con una sonrisa, al tiempo que valoró la presencia de tantos seres queridos en ese momento tan especial.
Espil recordó sus inicios en la docencia, señalando: "Comencé en la Escuela 30, después anduve mucho de viajera en la Escuela Agrotécnica y más tarde ingresé a los equipos de orientación escolar". Su recorrido incluyó el paso por numerosos equipos, entre ellos el Jardín 902, hasta llegar a desempeñarse como inspectora, función que ocupó en el tramo final de su carrera.
Al referirse a esta última etapa, reconoció que no fue sencilla, pero sí profundamente enriquecedora. "Ser inspectora no es fácil", afirmó, y agradeció especialmente al grupo de trabajo que la acompañó: "Me hicieron fácil el último tramo, entendieron nuestra política educativa y se sumaron a mirar con cuidado a las infancias y a los adolescentes".
Consultada sobre cómo imagina la nueva etapa que comienza, Espil no ocultó la mezcla de sensaciones. "Ahora andaré sin horario", dijo, aunque admitió que extrañará el día a día compartido con sus compañeros. "Voy a extrañar a este grupo maravilloso de gente", agregó, destacando los vínculos construidos a lo largo de los años.
Lejos de pensar en un retiro absoluto, dejó abierta la puerta a seguir vinculada a su profesión. "Algo voy a seguir haciendo, porque amo lo que hago y creo que todavía tengo energía y ganas de sumar más cosas", señaló, anticipando que disfrutará del tiempo libre mientras evalúa nuevos proyectos.
La despedida de Ana Adela Espil, no sólo marcó el cierre de una etapa personal, sino también el reconocimiento a una carrera dedicada a la educación pública, al trabajo en equipo y al cuidado de quienes transitan las escuelas. Un final de ciclo celebrado con afecto y gratitud.