La reciente consagración de Ferro Carril Oeste como campeón de la Liga Sudamericana de Básquetbol despertó una ola de emoción en todo el país y especialmente en Coronel Pringles, donde la figura de Valentín "Ruso" Bettiga se ha transformado en un motivo de orgullo colectivo. En plena vorágine de festejos y con la mente puesta en los próximos compromisos de la Liga Nacional, Bettiga se tomó unos minutos para reflexionar sobre este logro histórico.
"No estamos cayendo todavía del todo en lo que logramos", reconoce al inicio, todavía con la emoción a flor de piel. Su vínculo con Ferro habla por sí solo: "Este va a ser mi octavo año en el club. Soy el más viejo de este plantel usando la camiseta de Ferro", cuenta, destacando un recorrido de esfuerzo, aprendizaje y madurez. Haber levantado la copa en Paraguay significó "un orgullo muy grande", no solo por la magnitud del título, sino también por lo que representa para el club después de tantos años sin una consagración internacional.
El pringlense recuerda también el duro cierre de la temporada pasada en la Liga Nacional, cuando Ferro quedó al borde de la final tras una polémica jugada. "Capaz que esa falta podría haber cambiado algo. Pero todo pasa por algo: nos ayudó a madurar y a ver dónde estábamos parados", analiza. Ese golpe, lejos de desanimar al plantel, impulsó al club a reforzarse para combinar experiencia con juventud y dar un salto de calidad.
El presente de Ferro ilusiona: puntero en la Liga Nacional, con buen funcionamiento y un respaldo incondicional de los hinchas. "Desde el primer partido del año la gente estuvo presente. El apoyo se siente en cada juego, es increíble", destaca Bettiga, quien no deja de sorprenderse por el acompañamiento de los hinchas incluso en Paraguay. "Con lo que cuesta viajar, lo que cuestan los hoteles"? y ahí estaban. Eso nos llena el alma".
A pesar de que muchas de las imágenes del festejo lo muestran en el centro, abrazado a la copa, Bettiga mantiene su estilo: humildad y trabajo silencioso. "No siento que sea la figura", afirma. "Creo que aporto desde el lado que no siempre se ve. Este equipo no tiene una sola cara: cada partido tiene un distinto protagonista". Aun así, reconoce que su rol se destaca por su permanencia y su forma de jugar: "Garra y corazón, eso me caracteriza. A la gente le gusta y yo lo siento así".
El histórico título también revive para él un detalle especial: su camiseta número 25. "Cuando llegué al club me dieron la 2. Pero yo quería la 25, ese era mi número", recuerda. Este año decidió retomarlo y, casualidad o destino, el campeonato llegó en la temporada del "año 25". "Puede ser por algo o no, pero es mi número", dice entre risas.
Tras una seguidilla intensa, Ferro afrontará nuevos compromisos en la Liga Nacional, enfrentando a Olímpico, Quimsa y Regatas. Luego Bettiga tendrá unos pocos días libres para volver a su ciudad, visitar a su familia y descansar: "Mi deseo ahora es estar pescando tranquilo, con mi familia, mis amigos o solo. Necesito ese momento", confiesa.
La consagración generó saludos desde todos los puntos del país, algo que al jugador lo conmovió profundamente. "No hubo un llamado solo que me sorprendiera, sino la cantidad de personas que se alegraron por mí", explica. Y dedica un párrafo aparte para su ciudad: "El apoyo en Pringles se siente muchísimo. Es increíble todo el cariño que llega por redes y mensajes. A un jugador le hace muy bien saber que hay tanta gente dando aliento y buena energía".
El recuerdo más especial será la camiseta del campeón: "Mi viejo siempre enmarca las camisetas. Una va para él, otra para mi hermano y otra para mi novia", cuenta entre risas, sabiendo que le exigirán más de una.
Antes de despedirse, Bettiga deja un mensaje: "Agradezco a toda mi familia, a mis amigos y a la gente de Pringles. Para un deportista que quiere salir adelante, ese apoyo es un plus anímico enorme. Gracias de corazón".
El "Ruso" vive uno de los momentos más importantes de su carrera. Y Pringles, una vez más, celebra junto a él.