La comunidad pringlense volverá a vivir una de sus expresiones de fe y compromiso más características: la tradicional peregrinación en bicicleta a la Virgen, que cada 8 de diciembre, en coincidencia con el Día de la Inmaculada Concepción, convoca a decenas de vecinos a emprender un recorrido que combina espiritualidad, convivencia y un notable desafío físico.
Para este año, se espera la participación de 33 ciclistas, número que podría incrementarse en las horas previas al inicio, ya que la invitación continúa abierta para quienes deseen sumarse. La iniciativa, que arriba a su vigésimo tercera edición, mantiene intacto su espíritu comunitario y busca fomentar la participación de personas de todas las edades.
El punto de partida será la Parroquia Santa Rosa de Lima, donde los peregrinos recibirán una bendición antes de emprender el viaje. A las 9 de la mañana, el grupo saldrá desde allí rumbo al primero de los tramos del circuito planificado para esta edición.
A diferencia de ediciones anteriores, el recorrido fue ajustado para hacerlo más accesible, totalizando 120 kilómetros. La modificación busca facilitar la participación de más ciclistas, manteniendo la esencia del desafío, pero reduciendo distancias que anteriormente incluían pasos por Fra-Pal, Saldungaray y Ventana.
En esta ocasión, el trayecto comenzará desde la rotonda del Uruguay, avanzará en dirección a Coronel Suárez, y luego seguirá por caminos rurales que conectan con Pampa Linda y Peralta, hasta llegar a Sierra de la Ventana, donde el grupo planea arribar alrededor del mediodía. Allí se realizará una pausa para hidratación, descanso breve y preparación del retorno.
La vuelta está prevista una hora después, utilizando el camino conocido como Puente Blanco, que permitirá el regreso hacia Coronel Pringles por una vía alternativa, también transitada por otras ediciones de la peregrinación. El objetivo principal es que todos los participantes completen el recorrido en buenas condiciones, disfrutando la jornada y acompañándose mutuamente.
Como es habitual, se realizarán paradas cortas durante el trayecto para favorecer el ritmo grupal y permitir que personas de distintos niveles de entrenamiento puedan sumarse sin dificultades. La organización dispone de un camión de asistencia, que acompañará la marcha con elementos de apoyo y provisiones básicas. Si bien cada ciclista deberá llevar su propio kit con agua y comida, habrá reposición disponible para quienes la necesiten.
Uno de los aspectos más valorados de la actividad es su carácter inclusivo: participan niños, jóvenes, adultos y hasta personas mayores. Entre los inscriptos para esta edición se destaca la presencia de un vecino de 77 años, ejemplo del espíritu que impulsa esta iniciativa y que demuestra que la motivación personal, la fe y la actividad física pueden convivir armoniosamente en este tipo de propuestas.
Con la inscripción abierta hasta el mismo día de la peregrinación, la organización espera repetir o incluso superar el récord del año pasado, cuando tomaron parte 35 ciclistas, el número más alto registrado hasta el momento. La convocatoria sigue sumando interesados que encuentran en esta propuesta una experiencia de unión, superación y reflexión.
Esta actividad, profundamente arraigada en la comunidad, cuenta además con el apoyo de personas que colaboran de diferentes maneras para que se mantenga en el tiempo. Entre ellas, se destaca el gesto solidario de Carlos Llano, quien cada año aporta las medallas que reciben todos los participantes al finalizar el recorrido, un reconocimiento simbólico que refuerza el sentido de pertenencia y celebración.
Con clima favorable y una logística preparada para acompañar la marcha, la tradicional peregrinación en bicicleta a la Virgen promete vivir una nueva edición marcada por el esfuerzo colectivo y la devoción de quienes, una vez más, se ponen en camino. Los ciclistas estarán arribando a la Gruta de la Virgen del Camino donde se desarrollará la misa del domingo alrededor de las 19 hs, siendo recibidos por todos los allí presentes.