Con un patio colmado de familias, el Jardín de Infantes Nº 910 realizó el viernes por la tarde su acto recreativo anual, enmarcado en el proyecto institucional "Desconectados, pero conectadísimos al Juego", que puso el foco en la importancia del juego como puente de aprendizaje y vínculo.
El patio de la Unidad Académica se transformó este viernes en un gran escenario de alegría, movimiento y encuentros. Desde las 17 horas, cientos de familias se acercaron para acompañar el acto recreativo del Jardín Nº 910, una propuesta que coronó un año de trabajo centrado en el valor del juego como principal herramienta de crecimiento en la infancia. Con colorido, música y una participación entusiasta, cada salita compartió una experiencia lúdica representativa del recorrido realizado durante 2025.
La institución impulsó durante este ciclo el proyecto "Desconectados"? pero conectadísimos al Juego", un desafío pedagógico que buscó recuperar espacios de juego auténtico, activo y compartido, tanto en el Jardín como en los hogares. La propuesta invitó a mirar el juego como una forma de aprender, comunicarse, explorar el mundo y vincularse con los demás, destacando que no se trata de un simple pasatiempo, sino de un lenguaje esencial en la infancia.
En un contexto donde las pantallas capturan atención de manera inmediata pero muchas veces alejan de la experiencia real y del movimiento, la comunidad educativa apostó a fortalecer actividades que promueven creatividad, imaginación, palabras y participación. Ese espíritu se hizo visible en cada una de las presentaciones del acto, donde los niños y niñas demostraron lo trabajado a lo largo del año con la guía de sus docentes.
Las familias se distribuyeron alrededor del patio, ocupando cada rincón disponible y generando un clima festivo y cercano. Con celulares listos para registrar el momento, pero también con la consigna de acompañar desde la presencia, aplaudieron y alentaron a los pequeños protagonistas que, uno a uno, fueron presentando las rondas y juegos elegidos para la ocasión.
La sala de 2 años fue la encargada de abrir el cronograma con la tradicional ronda de "La gata Mónima", una propuesta que despertó ternura y sonrisas entre los presentes. Luego, la sala de 3 años turno mañana compartió su versión de "Pato Ñato", mientras que la sala de 3 turno tarde presentó "Oso dormilón", ambas actividades que resaltaron el disfrute y la expresividad corporal de los chicos.
Le siguieron las salas de 4 años: por la mañana, "Perro a la cucha", y por la tarde, "¿Lobo está?", dos juegos que pusieron en acción movimiento, anticipación, coordinación y trabajo grupal, elementos que forman parte esencial del aprendizaje en esta etapa. Finalmente, las salas de 5 cerraron la tarde con propuestas que combinaron ritmo y participación: el turno tarde presentó "Indio va" y el turno mañana compartió una dinámica basada en el clásico "Ta Te Ti".
El acto recreativo no solo permitió visibilizar lo trabajado durante el año, sino que también reforzó la importancia del acompañamiento familiar en el proceso educativo. La presencia masiva de madres, padres, abuelos y hermanos confirmó una vez más la centralidad del Jardín como espacio de encuentro comunitario.
Con un cierre cargado de aplausos y emoción, la comunidad del Jardín Nº 910 despidió una tarde que reafirmó la potencia del juego como motor del desarrollo integral. Una celebración que sintetizó el espíritu del proyecto institucional y dejó en claro que, cuando se trata de infancia, jugar siempre es aprender.