La tranquilidad habitual del barrio se vio alterada en la madrugada de ayer, cuando la Pollería Mitre, ubicada entre las calles Medina y Francia, fue escenario de un robo relámpago. En apenas unos segundos, dos personas ingresaron al comercio y sustrajeron bebidas, sin causar daños materiales ni romper accesos.
El propietario, Mariano Gitart, contó cómo ocurrió todo: "No fueron ni cinco segundos. Alguien lo estaba esperando en la esquina, entró, agarró las bebidas y se fue. Lo más raro es que tenemos cámaras por todos lados, incluso en la caja, y aún así se animaron a hacerlo".
Gitar explicó que el hecho sucedió mientras el local aún estaba abierto: "Nosotros tenemos horario corrido. Durante la semana estamos hasta las tres de la mañana, y los fines de semana hasta las seis. Fue alrededor de las nueve, cuando todavía había movimiento. La puerta estaba abierta, no rompieron nada".
Las cámaras del comercio registraron el momento en que uno de los ladrones ingresa al local con el casco puesto, toma las bebidas y escapa hacia donde lo esperaba un cómplice en moto. "Se nota que conocían el lugar, porque fueron directo a las bebidas. No tocaron la caja ni nada más. Para mí, debe ser alguien que ya vino a comprar", señaló.
El comerciante también contó que fue la alarma del local la que lo alertó sobre lo que estaba ocurriendo. "Tenemos monitores en el fondo y cuando vi que uno se ponía el casco, me pareció raro.
Después entró rápido y pegó el portazo. En ese momento no sabés qué pensar, te paralizás", relató.
Afortunadamente, la rápida intervención policial permitió actuar de inmediato. "Llamé enseguida y a los cinco segundos ya estaban acá. Vinieron también a la mañana para seguir con la investigación. La verdad que el accionar de la policía fue excelente", destacó Gitar.
"Pollería Mitre", es un comercio familiar que creció con mucho esfuerzo. "Empezamos con algo muy chiquito y gracias a Dios pudimos ir sumando cosas. Hoy vendemos de todo: pollos, fiambres, helados, artículos de kiosco. Con mi sobrina le metemos muchas horas. Por eso da bronca que pasen estas cosas, porque trabajamos mucho", dijo.
Si bien el robo no dejó grandes pérdidas económicas, sí generó preocupación en el barrio. "Es la primera vez que nos pasa algo así. Esta zona es muy tranquila, hay gente grande, vecinos de toda la vida. Jamás pensé que me iba a pasar. Pero bueno, me tenía que pasar y me pasó", comentó con resignación.
Gitar también reflexionó sobre las medidas de seguridad. "Uno no quiere llenar el local de rejas o poner un timbre como en Buenos Aires, pero a veces no queda otra. Estoy pensando qué hacer, porque no quiero que vuelva a pasar. Es triste tener que atender a la gente entre barrotes".
El comerciante decidió compartir el video del hecho para alertar a otros comerciantes y vecinos. "Lo subí de bronca, porque le metemos muchas horas al trabajo. Hay que mostrar estas cosas para que la gente esté atenta. A veces uno confía y te sorprenden. En cinco segundos te hacen un daño enorme", afirmó.
El hecho ocurrido en Mitre al 1400 se suma a otros episodios recientes que reavivan la preocupación por la inseguridad en comercios pringlenses. Gitar espera que su experiencia sirva para alertar y reforzar los cuidados. "Lo importante es que no pasó a mayores, pero uno se queda con la sensación de vulnerabilidad. Ojalá no vuelva a pasar, ni acá ni en ningún lado".