El próximo domingo 2 de noviembre, desde el mediodía y hasta las 20 horas, la Plaza San Martín será el escenario de una propuesta que busca unir historia, identidad y encuentro: la Cantina del Inmigrante, organizada por las distintas colectividades que forman parte del entramado social y cultural de Coronel Pringles. El evento contará con la participación de las colectividades española, italiana, alemana del Volga, francesa, suiza, boliviana, paraguaya y sirio-libanesa, entre otras, y tiene como propósito rescatar las tradiciones, la gastronomía y las costumbres de quienes llegaron desde distintos rincones del mundo y echaron raíces en la ciudad.
"Este año decidimos retomar la Cantina del Inmigrante, que antes organizaba Rotary Club dentro de la Fiesta de los Inmigrantes, pero que ya no se venía realizando. Queríamos que ese espíritu no se pierda, así que nos unimos para hacerlo realidad en la plaza, abierta a toda la comunidad", contó Norma Barroso de Amores, presidenta de la Colectividad Sirio-Libanesa.
Barroso recordó que el proyecto nació con mucho entusiasmo: "Somos poquitos, pero formamos un grupo hermoso. Cada colectividad aporta lo que puede, y lo más importante es que lo hacemos con cariño y con ganas de mantener viva la historia de nuestros abuelos y bisabuelos".
La referente explicó además que el encuentro será una oportunidad para compartir experiencias y costumbres: "En nuestro caso, la colectividad sirio-libanesa comenzó en 2008 gracias a María Sarquis, una mujer que luchó mucho por mantener vivas las raíces. Ahora seguimos ese camino, y me emociona poder mostrar algo de nuestra cultura, desde la comida hasta los objetos típicos como el narguile, que mucha gente no conoce".
La propuesta, no sólo apunta a rescatar la memoria familiar, sino también a fortalecer la integración. "Antes, las colectividades se reunían por separado, cada una con su público. Ahora buscamos lo contrario: integrarnos, compartir, conocernos y que el público disfrute de todo lo que tenemos para ofrecer", agregó Barroso.
Entre los stands habrá una gran variedad de platos típicos del mundo: desde pizzetas italianas y croquetas españolas, hasta chipá paraguayo, tablitas suizas y empanadas bolivianas.
Justamente, Micaela Gutiérrez, referente de la Colectividad Boliviana, adelantó algunos detalles del menú que prepararán para la ocasión. "Vamos a ofrecer sopa de maní, empanadas típicas y un postre de frutilla con crema. Cada plato tiene su historia y representa una región de Bolivia: la sopa de maní viene de Cochabamba, las empanadas son de Tarija. Es una manera de viajar sin moverse de Pringles", explicó.
Gutiérrez destacó el valor de la feria como espacio de identidad y pertenencia: "Ser parte de la colectividad boliviana es un orgullo. Tenemos una cultura riquísima, con 36 etnias y 36 lenguas, y poder mostrar un poquito de eso en esta feria es muy lindo. No queremos perder nuestras costumbres, queremos que nuestros hijos conozcan de dónde venimos y lo que nos une".
Además, el stand boliviano presentará danzas típicas. "Vamos a bailar una saya afroboliviana, que es muy alegre y colorida. La danza es una forma de contar nuestra historia y de mostrar que, aunque estemos lejos, seguimos siendo parte de nuestras raíces", dijo Gutiérrez.
Por su parte, Barroso remarcó que la feria también será una oportunidad para que los vecinos conozcan otras culturas desde lo cotidiano: "A veces no se trata solo de la comida o la música, sino del encuentro, de charlar, de ver que todos compartimos historias parecidas. Nuestros abuelos llegaron con lo puesto y hoy sus descendientes siguen construyendo comunidad".
Ambas coincidieron en que la Cantina del Inmigrante busca ser una celebración del trabajo colectivo. "Nos ayudamos entre todos, aunque seamos pocos. El grupo de baile de Los Sages, por ejemplo, siempre nos da una mano, aunque no pertenezcan directamente a una colectividad. Eso demuestra que lo importante es participar y sumar", valoró Barroso.
"Es lindo ver cómo las distintas culturas se entrelazan. Lo que antes se hacía en un salón cerrado ahora se abre al aire libre, a la plaza, a toda la comunidad. Eso es integración, resaltó Gutiérrez.
Con espectáculos de danzas, música, artesanías y un circuito gastronómico imperdible, la Cantina del Inmigrante promete ser una verdadera fiesta multicultural. "Invitamos a todos a venir, probar algo distinto, disfrutar en familia y conocer más sobre las raíces que formaron nuestra ciudad. Que sea un domingo de aromas, sabores y alegría compartida", concluyeron las referentes.