El viernes por la tarde, la Plaza Juan Pascual Pringles fue escenario de un emotivo encuentro: familiares, amigos y vecinos se reunieron para celebrar la jubilación de Néstor Oscar Wilt, ferroviario pringlense que concluyó 35 años de trayectoria dentro del sistema ferroviario argentino.
"Muy contento, la verdad que muy feliz estoy de haber cumplido un ciclo de 35 años de ferroviario. Empecé a trabajar en el Ferrocarril Argentino en el año 88. He sido Cambista, Peón de Estación, terminé con Categoría Superior de Currícula de Tráfico en Olavarría", expresó, visiblemente emocionado.
Desde sus comienzos en Coronel Pringles, allá por 1988, hasta su última etapa en Olavarría, Wilt fue testigo de la transformación del sistema ferroviario, pasando de trabajar con señales manuales y faroles a la implementación de nuevas tecnologías y medidas de seguridad. "Antes andábamos colgados en los trenes, nos largábamos en el trayecto"? eran cosas ferroviarias de antes", recordó.
La entrevista estuvo marcada por un fuerte componente nostálgico, en especial al hablar de los tiempos en que el ferrocarril era motor de vida en pueblos y parajes de la región. "Yo llevo siempre la sangre ferroviaria. Mi papá era ferroviario, también mi padrino y mis tíos. Me siento muy orgulloso de ser ferroviario, pero me da tristeza ver cómo ha quedado el tren. El de pasajeros lo sacaron en Coronel Pringles y de otros pueblitos cercanos que lo necesitaban", lamentó.
En su repaso, Wilt evocó jornadas de intenso movimiento ferroviario: trenes de carga, formaciones de pasajeros, encomiendas, señales que había que alimentar con kerosene, garitas que se mantenían encendidas con leña y una vida de cuadrillas y casillas que ya no existen. "Era un mundo, una familia", resumió.
El ferroviario también recordó con cariño a muchos de sus compañeros de trabajo, algunos que ya no están, y agradeció a quienes lo acompañaron en el tramo final de su carrera. "Quiero agradecer a la abogada Bayugar, que estudió mi caso para que pudiera jubilarme", destacó.
Wilt, que inició su camino en la estación de Coronel Pringles y que recorrió Olavarría, Azul, Loma Negra, Hinojo y San Miguel del Monte, se despide con un legado de entrega, pasión y pertenencia. En el día de su jubilación, eligió vestirse por última vez con la ropa ferroviaria y acercarse a la estación Roca para tomar unos mates y revivir los recuerdos de toda una vida.
"Ahora hay que dejar que los jóvenes sigan", concluyó con humildad y orgullo, cerrando un ciclo que deja huella en la memoria ferroviaria de Coronel Pringles.