La vida de Alejandro Matabone, vecino de Coronel Pringles, cambió drásticamente luego de sufrir una violenta agresión que le provocó un fuerte golpe en la cabeza. Las secuelas fueron devastadoras: hoy se encuentra en silla de ruedas y requiere un largo proceso de rehabilitación, cirugías y medicación constante.
Su esposa, Yamila, encabeza el pedido de justicia y de acompañamiento comunitario en medio de una situación que describe como desesperante. "Yo creo que fiscalía pidió declaración en línea, presentamos los audios de lo que había pasado y logramos que alguien declarara ante la fiscal. Pero seguimos en lo mismo, no sabemos cómo sigue ni qué tenemos que hacer", expresó.
El camino judicial, según relató, se presenta lleno de trabas. "Nos dijeron que podíamos ir al juzgado para conseguir un abogado de oficio, pero es muy difícil. Imposible acceder a uno particular porque los costos son altísimos", lamentó.
La incertidumbre se combina con la urgencia económica. Alejandro debe viajar periódicamente a Bahía Blanca para continuar con sus tratamientos y cada desplazamiento implica un gran gasto. "Siempre trabajé por mí misma y nunca me gustó pedir nada, pero hoy lo necesito. No tengo trabajo y los viajes, más la medicación y los imprevistos, hacen que todo sea una caja de sorpresas", comentó Yamila conmovida.
Desde hace más de dos meses, la familia espera respuestas judiciales. "Me dijeron que lo importante era tener la declaración de Alejandro, pero aun así todo se demora. Solo me dicen que espere y nada más. Es muy doloroso sentir que el tiempo pasa y no hay avances", remarcó.
Frente a este panorama, Yamila apeló a la solidaridad de la comunidad pringlense. "Lo único que pido es que se siga compartiendo nuestra situación. Cada ayuda que recibimos es muy valiosa. Necesitamos seguir adelante con los tratamientos porque Alejandro merece recuperar su calidad de vida", sostuvo.
Para quienes quieran colaborar económicamente, la familia compartió un alias: vaso.flecha.nucleo, a través del cual se pueden enviar aportes que serán destinados a solventar los gastos médicos y de traslado.
El caso de Alejandro no solo refleja la crudeza de una agresión que cambió para siempre la vida de un vecino de Pringles, sino también la lucha diaria de su familia por encontrar justicia y sostener económicamente un proceso de recuperación largo y costoso. Mientras esperan que la causa avance, Yamila insiste en que no bajará los brazos: "Solo quiero que se haga justicia y que Alejandro pueda seguir con su tratamiento. Necesitamos que la gente nos acompañe, porque solos no podemos".