La noticia generó entusiasmo en la comunidad, los alfajores PAPRI, elaborados por el Taller Protegido Esperanza de Coronel Pringles, volvieron a producirse y ya están a la venta. Los trabajadores celebraron este regreso, destacando el esfuerzo colectivo para recuperar una tradición muy querida. "Sí, empezamos a hacer alfajores de vuelta", contaron los integrantes del equipo con una sonrisa. La producción incluye varias variedades: "Estamos haciendo ahora de coco y blanco, de chocolate y también de masita".
El parate se había producido por problemas en el horno, que ya está nuevamente en funcionamiento. "Lo arreglamos hace dos semanas más o menos. La semana pasada ya lo pusimos en marcha y ahora anda espectacular", explicaron. El arreglo permitió que el grupo retomara la rutina de amasado, armado y empaquetado, con la energía de siempre.
El entusiasmo no es solo por la producción, sino también por la respuesta de la gente. "Desde el día que empezamos a hacer las tapitas, se empezaron a vender enseguida. Todo lo que hacemos se va", aseguraron los integrantes.
Los alfajores se venden en presentaciones de 12 o 20 unidades, y también hay bandejas de galletitas. "Tenemos de chocolate, de coco y próximamente vamos a hacer mixtos, que combinan todos los sabores", detallaron. Uno de los sellos distintivos es la generosa cantidad de dulce de leche: "Esa es la característica de nuestros alfajores, la capa de dulce es tremenda", dijeron orgullosos.
Para adquirirlos, los vecinos pueden encargarlos directamente al Taller o comunicarse por teléfono. "Hay que encargarlos y venir a buscarlos, o algunos los llevamos a domicilio", explicaron. El horario de atención es de 7:30 a 12:30, de lunes a viernes. Además, se encuentran disponibles en algunos comercios locales.
En cuanto a los precios, señalaron que las bandejas de alfajores de 12 unidades rondan los $6.000, mientras que las galletitas y otras presentaciones tienen valores accesibles para todo público.
La vuelta de la producción coincide con un calendario de eventos importantes. "Ahora vamos para la Fiesta del Pringlense y también a la Rural. Vamos a estar ahí presentes con nuestros alfajores", contaron, ilusionados por mostrar nuevamente su trabajo en espacios masivos.
El proceso de producción se realiza de manera colaborativa. "Hacemos de todo un poco: el relleno, las tapitas, el envasado. Se reparten las tareas entre todos", explicaron. Ese espíritu de equipo es uno de los rasgos característicos del Taller Protegido Esperanza, que desde hace años acompaña a sus integrantes en la vida laboral y social.
Con horno renovado, entusiasmo en cada paso y el respaldo de la comunidad, los alfajores PAPRI vuelven a endulzar los mates, las meriendas y los encuentros de Coronel Pringles.