En la tarde de ayer, el Club Roca fue escenario de un acto cargado de emoción y gratitud. La Asociación del Comercio e Industria de Coronel Pringles llevó adelante un reconocimiento a Rita Bonino y Rubén Agriello, dos vecinos que, a través de sus actividades comerciales y su participación comunitaria, dejaron una impronta profunda en la historia barrial y social de la ciudad.
El homenaje tuvo como objetivo destacar la honestidad, trayectoria, esfuerzo y aporte a la comunidad de ambos comerciantes, cuyas historias representan fielmente los valores de trabajo y compromiso que la institución busca resaltar con este tipo de distinciones
La historia de Rita Bonino, es sinónimo de dedicación. Nacida en Córdoba el 27 de mayo de 1935, llegó a Coronel Pringles siendo niña junto a sus padres, Carolina Bernasa y Sebastián Bonino, también comerciante. Su infancia transcurrió en la Estación Roca y cursó sus estudios en la Escuela Nº 6, compartiendo la vida familiar con sus hermanos Miguel, Ana y Pedro. De profesión modista, Rita, siempre colaboró con el negocio familiar, un bar y almacén que funcionaba en calle 60, entre Uruguay y 28. Con el tiempo, trasladó el comercio a un local más amplio y moderno en la esquina de calle 60 y 28, donde durante años ofreció un verdadero "polirrubro" que incluía desde comestibles y bebidas hasta frutas, verduras, artículos de mercería y bazar y el cual funcionó hasta hace pocos años atrás. Este espacio fue, además, un punto de encuentro para vecinos y clientes, consolidando su rol como referente comercial y social. Contrajo nupcias con Martin Smit y luego llegaron sus hijos Juan Carlos, Graciela, Roberto y María Susana. "Gracias a todos, a los que me vinieron, a los que me acompañaron y a los que me ayudaron, que son muchos, que son muchos", fueron las palabras, repetidas con énfasis, por Rita, que reflejaron, no sólo el agradecimiento por el homenaje recibido, sino también el profundo vínculo construido con vecinos y clientes a lo largo de tantos años de trabajo y dedicación.
Por su parte, Rubén Agriello, nacido el 4 de agosto de 1936 en Tres Arroyos, llegó a Pringles luego de hacer el servicio militar. Tras trabajar en una empresa local, en este caso la Ford, en 1963 inició su propia línea de colectivos, cubriendo el recorrido entre el centro y el barrio Roca, con salidas cada media hora y extensiones hasta el cementerio los días lunes y jueves. Su trabajo acercó a cientos de vecinos, facilitando el transporte diario en tiempos en que la conexión entre barrios era mucho más limitada que en la actualidad. Con el paso de los años, su compromiso con el servicio se convirtió en parte de la identidad barrial. La llegada de la pandemia interrumpió esta actividad, marcando el cierre de una etapa que había acompañado a varias generaciones. Se casó con "Chiquita" con la que tuvo tres hijos Evangelina, Pablo y Mario.
Ambos, desde ámbitos distintos, aportaron de manera decisiva al crecimiento y la cohesión de la comunidad. Rita, desde el comercio de cercanía, ofreciendo mucho más que productos: brindando un espacio de encuentro, escucha y ayuda; Rubén, desde el transporte, conectando a las personas y contribuyendo al desarrollo del barrio Roca.
El acto en el Club Roca reunió a familiares, amigos, vecinos, representantes de la Asociación del Comercio e Industria y autoridades locales. Durante la ceremonia, se repasaron las trayectorias de los homenajeados y se les entregaron presentes en reconocimiento a sus años de trabajo y dedicación. Más allá de los recuerdos personales, el momento estuvo atravesado por un clima de afecto y gratitud compartida, donde diferentes personas tomaron la palabra para recordar anécdotas de los homenajeados.
Con este homenaje, la Asociación del Comercio e Industria, no sólo reconoció a dos personas, sino que también reivindicó el valor de los comerciantes de barrio como pilares de la vida social de Coronel Pringles. El legado de Rita Bonino y Rubén Agriello, permanecerá como ejemplo de perseverancia, cercanía y compromiso con la comunidad.