Las causas del choque múltiple aún están bajo investigación, pero se presume que alguno de los rodados habría invadido el carril contrario, provocando una secuencia de colisiones. Uno de los vehículos sufrió serios daños en su cabina, dejando atrapado a su conductor, cuya identidad no fue difundida oficialmente. El hombre sufrió lesiones de consideración en sus extremidades inferiores y debió ser rescatado por personal de bomberos y emergencias médicas, quienes trabajaron intensamente durante más de media hora, para liberarlo de entre los hierros retorcidos.
Una vez rescatado, fue trasladado de urgencia al Hospital Municipal Dr. Manuel Cabrera de Coronel Pringles, donde permanece internado con pronóstico reservado. En tanto, los otros dos conductores implicados en el accidente, identificados como Sebastián López, de 23 años, y Ariel Mujica, de 44, no sufrieron heridas y fueron evaluados en el lugar por personal de salud, sin necesidad de derivación.
El incidente generó un corte total del tránsito sobre la ruta, ocasionando largas demoras en ambos sentidos. Las fuerzas de seguridad trabajaron en la zona para desviar el tránsito y permitir las tareas de auxilio y remoción de los vehículos siniestrados.
La magnitud del impacto y la cantidad de vehículos involucrados pusieron en evidencia una vez más la peligrosidad de algunos tramos de la Ruta 51, especialmente en horarios nocturnos y en zonas de escasa visibilidad. Cabe indicar que en este sector de la bajada de Krabbe, ya se han registrado otros accidentes en el pasado.
Intervinieron en el lugar personal policial, bomberos voluntarios, ambulancias del servicio de emergencias y agentes de tránsito, quienes permanecieron en la zona hasta pasadas las 2 de la madrugada.
Ariel Mujica, camionero con años de experiencia en la ruta, fue protagonista involuntario de este accidente ocurrido en esta curva peligrosa, cerca de las 11 de la noche del jueves, cuando regresaba cargado con yeso desde Río Negro. "Yo venía tranquilo, manejando bien, como siempre. Cuando veo que uno de los muchachos se impacta en la curva, me tiro a la banquina. Fue una explosión, no se veía nada por el polvo en el aire", relató.
Según contó Ariel, todo ocurrió en cuestión de segundos: "Lo único que alcancé a hacer fue tirarme abajo. Un instinto, no sé qué fue, pero gracias a eso, estoy contando la historia. Vi el golpe, y reaccioné". La carga que transportaba terminó dañada, al igual que parte de su camión, pero él salió ileso.
El siniestro involucró a otros dos vehículos. Uno de los choferes, aparentemente el causante del impacto, admitió haberse dormido al volante. "El pibe lloraba, estaba asustado. Dijo que se durmió. Era jovencito", comentó Ariel. Otro conductor sufrió un golpe en una pierna, aunque sin fracturas. "Por suerte está fuera de peligro, sólo fue el golpe", agregó.
Ariel recorre con frecuencia este tramo de ruta, transportando arena o yeso según el sentido del viaje. Advierte que no es la primera vez que ocurre algo así: "La ruta está muy rota y no hay señalización. En la curva no se ve nada, y si hay un pozo, te vas. De Pringles hasta acá, es pozo tras pozo. Muchos camiones vienen esquivándolos, pero esquivás uno y agarrás cinco".
Mientras esperaba a su mecánico para reparar los daños en el tanque auxiliar de aluminio y las mangueras de aire, agradeció que no haya habido que lamentar víctimas fatales. "Fue todo material, gracias a Dios. El camión está tirando muchas fallas en la computadora, pero ya veremos".
El camionero cerró con una reflexión: "Ésto podría haber terminado mucho peor. La ruta está peligrosa y no se ve que nadie haga nada. Ojalá ésto sirva de algo". Su testimonio pone en evidencia una vez más los riesgos que afrontan los transportistas y la necesidad urgente de mejoras en la infraestructura vial.