El fallecimiento del Papa Francisco trajo a la memoria de muchos fieles y ciudadanos del mundo diversos momentos vividos junto al Sumo Pontífice. Para el pringlense Francisco Amores, ese recuerdo es particularmente especial. En diálogo con "Multimedio Pringles", compartió la vez que tuvo el privilegio de conocerlo personalmente, durante un viaje que lo llevó hasta el corazón mismo del Vaticano, acompañando a un grupo de jóvenes humildes que habían ganado un torneo de fútbol. "Fue por una cuestión laboral, en realidad. El Club Boca Juniors, mediante su fundación Boca Social, organizaba un torneo con chicos de distintos barrios marginales. La final se jugó en la Bombonera y el premio para la institución ganadora era un viaje a Roma para conocer al Papa", relató Francisco, aún con emoción en la voz.
La actividad fue impulsada, en parte, por un amigo de Amores: "Uno de los organizadores era Hernán, un ex cura muy cercano al entonces cardenal Jorge Bergoglio. Gracias a ese vínculo, se pudo gestionar este encuentro tan especial".
Francisco viajó como parte del equipo de trabajo que acompañó a los jóvenes, ocupándose de cuestiones logísticas y de seguridad. "Mi rol fue más que nada coordinar los traslados, cuidar a los chicos. Tenían 15 o 16 años, y para muchos de ellos era la primera vez que salían del país. Algunos ni siquiera se habían subido a un avión antes", recordó.
El punto culminante del viaje fue la visita al Papa, que coincidió, además, con el cumpleaños de Francisco. "Tuvimos una audiencia que duró 45 minutos. Fue un montón de tiempo, algo que casi nunca ocurre. Y justo se dio la casualidad de que era su cumpleaños, así que los chicos le cantaron el feliz cumpleaños ahí mismo", contó.
El acceso al Vaticano fue llamativamente ágil. "Nunca fui como turista, pero sé que normalmente hay muchos controles, escáneres, la Guardia Suiza, todo muy protocolar. Pero en nuestro caso fue muy rápido, ya nos estaban esperando, como si ya todo estuviera previsto", comentó.
Francisco destacó la calidez del encuentro y la sencillez del Papa: "Fue una reunión muy distendida. Él estaba en su despacho, y cuando entró"? te juro que me temblaban las piernas. No lo podía creer. Esos primeros cinco minutos fueron de pura emoción. Después, todo fluyó con naturalidad".
A pesar de la magnitud del momento, fue la actitud del Papa lo que más impactó a Francisco: "Él fue muy servicial, muy terrenal. La manera en que se relacionó con los chicos fue increíble. Los abrazaba, les hablaba con total cercanía. Se notaba su experiencia como cura villero. No había barreras. Era uno más".
Los jóvenes, por su parte, se sintieron cómodos desde el primer momento. "Para ellos fue como hablar con el cura del barrio. Le pedían que les grabe videítos para sus abuelas, para sus mamás, para sus hermanos. Y él, con una paciencia infinita, se tomó el tiempo de hablar con cada uno, firmar camisetas, grabar saludos. Eran más de veinte pibes, y a todos los atendió por igual", señaló.
Francisco aún conserva en su memoria cada instante de ese día: "Fue un momento muy humano. Cada chico pudo llevarse un mensaje, un gesto, una palabra del Papa. Y él estaba ahí, con su mano en el hombro, escuchando, sonriendo, transmitiendo paz".
Sobre el valor simbólico de la experiencia, reflexionó: "Yo creo que los adultos fuimos los que más dimensión tuvimos de lo que significaba estar frente al Papa. Los chicos lo vivieron con naturalidad, pero igual se notaba que algo especial pasaba. No es común que un grupo de jóvenes que viene de contextos tan difíciles esté cara a cara con el líder de la Iglesia. Y él hizo que se sintieran valiosos, escuchados, queridos".
El fallecimiento del Papa dejó en Francisco Amores una mezcla de tristeza y gratitud: "Se fue un hombre enorme. Pero me queda el recuerdo de haberlo visto con mis propios ojos, de haber sentido su presencia, de haber compartido ese instante único. Lo que viví ese día no lo voy a olvidar jamás".
Antes de finalizar la entrevista, Francisco dejó un mensaje: "Ojalá todos puedan vivir alguna vez una experiencia así. Te cambia la forma de ver muchas cosas. Más allá de lo religioso, es una enseñanza de humanidad, de humildad, de cómo un líder puede estar cerca de los que más lo necesitan".
Así, en medio del duelo mundial por la partida del Papa argentino, la historia de Francisco Amores, se vuelve testimonio de la cercanía y el legado de Francisco, un pontífice que supo dejar huella en todos los que lo conocieron.