Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Padre Matías Pardo compartió en la 2° edición de "Telenoticias" de Canal 2 de "Multimedio Pringles", una profunda reflexión sobre su figura y su paso por la Iglesia. Emocionado, relató cómo recibió la noticia y lo que representa para él esta pérdida. "El domingo lo habíamos visto, en una bendición muy tradicional que hacen todos los Papas para el tiempo de Pascua. Se lo veía con cierta estabilidad y yo tenía la esperanza, la sospecha, de que iba a ir mejorando, que iba a recuperar su energía, su fuerza, y que iba a salir adelante. Por eso fue muy sorpresivo encontrarme con la noticia esta mañana (por el lunes)", sostuvo.
Y agregó: "Sin embargo, pienso lo siguiente: con toda su fuerza, con todo su ímpetu, yo lo veo desde el lado de Dios, como que Dios le permitió dar esa bendición de Pascua... y se lo llevó. Yo le llamo Pascueta al lunes después de la Pascua, que es un día también de descanso para los curas, para el clero, porque el domingo fue muy intenso. Pienso que fue como pasar de un sueño a otro. Porque, según escuché en las crónicas, fue a las cinco y pico de la mañana. Se lo llevó el Señor... en una Pascua. A mí eso me parece milagroso, muy importante".
Consultado sobre el legado de Francisco, Pardo trazó un recorrido histórico por los últimos Papas y señaló el papel clave de Bergoglio en el contexto actual. "Ha sido un Papa que la Iglesia necesitaba. Yo pensaba en este trayecto de Papas que ha pasado: Pablo VI, Juan XXIII, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. El mundo, en el siglo XX y en el inicio del XXI, fue recibiendo una riqueza distinta con cada uno", evaluó.
Y describió: "Juan XXIII y Pablo VI con el Concilio Vaticano II, que abrió las ventanas de la Iglesia para que entraran nuevos aires: la misa en lengua vernácula, una Iglesia más comunicada con el mundo actual. Juan Pablo II, con su fuerza evangelizadora y misionera, sus viajes, su impulso al diálogo. Benedicto XVI, hombre de confianza de Juan Pablo II, con gran compromiso doctrinal. Y Francisco... fue una sorpresa para todos. Todos los pronósticos iban por otro lado. Él ya estaba por cumplir 75 años, edad en la que los clérigos presentan la renuncia. Era un hombre mayor, serio, reservado. Pero el Papado le cayó con una fuerza especial. Cambió. Se volvió más abierto, sonriente, cercano. Eso fue una renovación espiritual muy grande. Y desde ahí, pudo hacer reformas importantes".
Pardo destacó que el Papa Francisco, "Logró avances en la relación de la Iglesia con el mundo y, sobre todo, en los abusos sexuales: se animó a abordarlos, permitió que se ejecuten sentencias, que se remuevan cargos, pidió perdón públicamente. Eso no se había visto. Y es un factor de credibilidad clave para el siglo XXI. Reconocer un error y seguir sosteniendo el mensaje: eso fue lo que él hizo. Muy valiente."
En cuanto al futuro, el Padre Matías expresó su fe en la elección del próximo Papa, y el deseo de continuidad en el camino iniciado por Francisco. "Confío en que el Espíritu Santo elegirá a la persona que Dios quiera para ocupar este oficio tan importante, pero pienso que tiene que continuar este ritmo que Francisco imprimió. Es cierto que en los últimos dos años no tuvo el mismo ímpetu, por su salud, pero su estilo personal marcó huella. Hay documentos en los que uno ve a Francisco entero, con su experiencia de vida, con giros muy argentinos incluso, para hacer entender al mundo cómo se vive la fe hoy", cerró.