La noticia del fallecimiento del Papa Francisco, conmovió al mundo entero y tocó con especial fuerza a los fieles católicos de nuestra ciudad. En este marco, el Diácono Roque Gencarelli, de la parroquia Santa Rosa de Lima, compartió una sentida reflexión sobre el legado del primer pontífice argentino y latinoamericano. "Después de un fin de semana tan contundente, con celebraciones importantes y la alegría de la resurrección el domingo, despertar el lunes con esta triste noticia, no fue nada fácil", comenzó diciendo Gencarelli en diálogo con este medio. "Pero sabíamos que nuestro Papa venía un poco cansado, muy enfermo, y aún así no dejó de estar con su gente. Dio su saludo pascual en la plaza, estuvo presente. Eso nos demuestra lo que fue y lo que no debe terminarse".
Para el diácono, el legado de Francisco no se reduce a documentos o discursos. "Él nos dejó una ruta marcada, pero no con palabras en una hoja. La marcó con su vida. Fue una persona cercana, que estuvo siempre al lado del que sufre", enfatizó. "Estuvo con los inmigrantes, con los presos, lavó los pies de todos, eligió llamarse Francisco, como San Francisco de Asís, un gesto que nos dice mucho de su forma de vivir la fe".
Gencarelli definió al Papa como un referente espiritual que supo mostrar un rostro humano de la Iglesia. "Estamos dolidos, estamos tristes, pero con las ganas de seguir su camino, principalmente el de la unidad. Él trabajó mucho por eso: la unidad de la Iglesia y de los distintos credos. Se juntó con todos, con respeto y sin divisiones. Nos enseñó que entre nosotros, no debe ser así como en el mundo, donde hay peleas y rupturas".
En sus palabras, el diácono fue claro: "Francisco fue el Evangelio caminando. No sólo habló, sino que hizo. Recorrió, caminó, abrazó. Nos dejó libros, escrituras, gestos, caminos. No hay excusas para perderse".
UN CAMBIO QUE TRASCIENDE EL TIEMPO
Lejos de ver la muerte del Papa como un cierre, Gencarelli insistió en que su huella permanecerá. "Ésto no es como la política, que se termina un mandato y el siguiente borra todo. Lo que marcó Francisco en la Iglesia, no se borra. Es un camino que va a seguir y del que todos somos parte".
Consultado por la ausencia del Papa en una visita oficial a la Argentina, el diácono reconoció la espina que dejó esa deuda pendiente. "Él tenía muchas ideas, pero fue muy criticado, muy calumniado en su momento. Creo que fue más un tema político que otra cosa", analizó. "En su corazón, él estaba acá. Nadie puede decir lo contrario. Fue un hombre que anduvo en subte, en colectivo, caminó las villas, los barrios de Buenos Aires. Era uno más entre la gente".
La defensa de los más humildes, el contacto directo con los fieles, y una vida sin lujos fueron características que, para Gencarelli, definieron el papado de Francisco. "No usaba autos de lujo, ni vivía con privilegios. Él era un pastor con olor a ovejas, como él mismo decía. Un hombre con los pies en la tierra y el corazón en el cielo".
UN PAPA PARA TODOS
El diácono recordó la labor del Papa con las juventudes del mundo: "Reunió jóvenes de todos los continentes. Los chicos lo querían, lo seguían, lo abrazaban. Fue muy cercano. Cuando Jesús dijo "?dejen que los niños se acerquen a mí"?, Francisco lo vivió con profundidad".
También destacó su apertura ecuménica y su trabajo interreligioso. "Se reunió con representantes de todas las religiones. Demostró que la fe puede unir en lugar de dividir. Fue un constructor de puentes, no de muros".
En cuanto al futuro de la Iglesia, Gencarelli se mostró esperanzado. "Si somos cristianos de verdad, sabemos que el Espíritu Santo va a poner a la persona justa, en el momento justo. No es nuestra tarea preocuparnos por quién vendrá. Nuestra tarea es seguir trabajando, no frenar ahora", subrayó. "Ésto no es una empresa ni una compañía. Es la Iglesia de Jesucristo. Hay que seguir caminando".
UNA HERENCIA ESPIRITUAL VIVA
"Hicimos una misa para tenerlo presente, para agradecerle y también para pedir que nos siga acompañando desde el cielo. Es un día muy triste, pero también una oportunidad para renovar el compromiso con su legado".
Finalmente, dejó un mensaje para todos los creyentes: "Francisco nos dejó una Iglesia de puertas abiertas, una Iglesia en salida, como él decía, un hospital de campaña para los heridos de la vida. Eso tiene que seguir. Depende de nosotros que siga".
Con el corazón conmovido, pero la esperanza intacta, Gencarelli cerró con una certeza: "Él ya lo dio todo. Ahora nos toca a nosotros seguir andando".