El Obispo Auxiliar de Bahía Blanca Pedro Fournau, celebró ayer la misa en Coronel Pringles
RELIGIÓN
Durante su visita, el flamante Obispo compartió reflexiones, expresó su alegría por regresar a su diócesis y dejó un mensaje de esperanza para la comunidad.
Pedro Fournau, recientemente ungido como Obispo Auxiliar de Bahía Blanca, celebró su primera misa en la parroquia Santa Rosa de Lima. Durante su visita, expresó su alegría por este nuevo camino pastoral, reflexionó sobre el valor de la esperanza en momentos de adversidad y dedicó cálidas palabras a los fieles de Coronel Pringles.
"Estoy llegando, vengo de pasada porque ayer hicimos la misa de la celebración de Reyes y apertura del año jubilar en la Colonia 2, Templo de San José, cerca de Suárez. Ahora estaba volviendo y coincidió el poder pasar, saludar a Santa Rosa y en el saludo de Santa Rosa, saludar a toda esta comunidad", comenzó diciendo el monseñor.
Fournau recordó con afecto sus vínculos con Pringles y destacó la importancia de mantener las relaciones cercanas. "No hay que olvidarse de los amigos buenos, especialmente aquellos que tienen fuerza, que tienen gancho hacia arriba. Así que una alegría poder estar", expresó con una sonrisa.
El Obispo Auxiliar también reflexionó sobre su reciente designación y el cambio que implica en su vida pastoral. "Vos me preguntabas cómo estoy. Estoy bien, tranquilo, contento y de a poco volviendo a nuestra diócesis. Cuando me fui de Pringles al seminario hace cuatro años, fue trasladarme a otra diócesis, la de Mercedes. Ahora es volver a nuestra diócesis, pero con un encargo distinto que me obliga, entre otras cosas, a itinerar más, a andar más por la colonia", comentó.
En cuanto a los desafíos de su nuevo rol, Fournau admitió que está en un proceso de aprendizaje. "Yo también tengo que aprender a ser obispo. Es un cambio rotundo, pero claro que lo voy esperando. Creo que el lema que elegí como norte, "?ensancha el espacio de tu tienda"?, me inspira a pensar que el corazón también es la tienda donde Dios habita. Ensanchar el corazón es dilatarlo y agrandarlo para cuidar más y a más", detalló.
Un mensaje de esperanza
Consultado sobre un mensaje para la comunidad de Pringles, Fournau enfatizó la importancia de la esperanza, especialmente en tiempos difíciles. "El Papa Francisco nos invita este año a un año de la esperanza. En 2025 celebraremos un jubileo con la consigna de ser testigos de la esperanza. La esperanza no es simplemente un estado de ánimo ni un optimismo superficial. Es saber que, aunque no todo esté bien, Dios está con nosotros y todo terminará bien. Es saber que Él camina con nosotros, especialmente en los momentos más adversos", aseguró.
El Obispo también dedicó un momento a orar por los sectores más vulnerables. "Cuando venía entrando por la zona de Suárez, pasé por el hospital y aproveché a rezar un Ave María frente al hogar de ancianos, El Remanso. Pensaba en los enfermos, los ancianos y los jubilados que no la están pasando bien. Son tiempos difíciles para ellos", destacó con sensibilidad.
Fournau también se refirió a la amplitud de su nueva tarea pastoral. "Nuestra diócesis abarca 17 distritos, Ss extensísima, y aunque el asiento está en Bahía Blanca, el ministerio me lleva a itinerar mucho, estar en contacto con sacerdotes y comunidades. Es una tarea que ya venía haciendo, pero ahora con mayor alcance", comentó.
Finalmente, el Monseñor pidió a los fieles que lo acompañen en esta nueva etapa. "Si siempre han rezado por mí, les pido que ahora recen más grande. La tarea también es más grande", concluyó con humildad y gratitud.