Desde la tarde del 5 de enero, Melchor, Gaspar y Baltazar comenzaron su recorrido por la ciudad, llevando regalos, sonrisas y alegría a los más pequeños. Esta tradición, que se celebra con entusiasmo cada año, es un recordatorio de la adoración al niño Jesús y la importancia de los valores de la fe y la generosidad.
La jornada comenzó alrededor de las 17:00 horas, cuando los Reyes Magos hicieron su primera aparición en la Parroquia Santa Rosa de Lima. Allí, los niños los esperaban con ilusión, acompañados por sus familias. Después de saludar a los presentes, los tres Reyes Magos emprendieron su travesía por los distintos barrios de la ciudad a bordo de una camioneta, acompañados por un móvil de la Guardia Urbana.
El recorrido fue extenso, con el objetivo de llegar a la mayor cantidad de hogares posible. Durante más de tres horas, Melchor, Gaspar y Baltazar, se detuvieron en varios puntos de la ciudad, entregando regalos a los niños que los esperaban emocionados en las veredas. La actividad no solo llevó presentes materiales, sino que también llenó de alegría y esperanza a todos los vecinos que tuvieron la oportunidad de ser parte de esta experiencia.
UN CIERRE CON SIGNIFICADO: EL PESEBRE VIVIENTE
El broche de oro de la jornada tuvo lugar frente a la Parroquia Santa Rosa de Lima, pasadas las 21:00 horas. Decenas de familias se congregaron en el lugar, donde los Reyes Magos hicieron su entrada triunfal, nuevamente a bordo de la camioneta que los transportaron durante todo el día. Los niños, emocionados, los recibieron con aplausos y gritos de alegría.
Tras saludar brevemente al público, los Reyes ingresaron al templo para preparar uno de los momentos más esperados de la noche: el pesebre viviente. El Padre Matías Pardo fue el encargado de dirigir la ceremonia, dedicando unas palabras al público acerca del significado espiritual de esta fecha. Luego, presentó a José, María y al niño Jesús, quienes ocuparon su lugar en el pesebre montado especialmente para la ocasión.
La aparición de los Reyes Magos adorando al niño Jesús fue el momento culminante. Este gesto, cargado de simbolismo, recordó la importancia de la humildad, la fe y la entrega en la celebración de la Epifanía.
Tras el acto central, los Reyes Magos retomaron su papel de embajadores de la alegría y se dedicaron a saludar personalmente a cada uno de los niños presentes. Con paciencia y una sonrisa, escucharon las palabras de los pequeños y posaron para fotografías.
El evento concluyó con un ambiente de satisfacción y felicidad entre los asistentes. Las familias, especialmente los más pequeños, se llevaron no sólo recuerdos tangibles, sino también un mensaje de amor y unión que resonó en toda la comunidad.
Una tradición que une a Coronel Pringles
La celebración de la llegada de los Reyes Magos es una tradición profundamente arraigada en Coronel Pringles. Cada año, la comunidad se una para revivir este acontecimiento que combina elementos de fe, cultura y solidaridad.
El esfuerzo conjunto de la Parroquia Santa Rosa de Lima y los colaboradores voluntarios fue clave para que esta actividad volviera a ser un éxito. Desde la organización del recorrido hasta la puesta en escena del pesebre viviente, todo fue pensado para generar un impacto positivo en la comunidad.
El 5 de enero cerró con broche de oro, dejando una estela de alegría y gratitud en cada rincón de Coronel Pringles. Sin dudas, una jornada que será recordada hasta la próxima visita de Melchor, Gaspar y Baltazar.