El escultor local Roberto Mandrini, quien ha estado vinculado a la realización de estas piezas desde los inicios del evento, compartió su experiencia y emoción por formar parte de esta iniciativa. "Empecé en septiembre con los cortes, y todas las estatuillas están hechas en cedro. A la estatuilla para el Deportista del Año, la hice de roble francés, un material que tiene un color amarillo muy llamativo y le da una diferencia enorme a la pieza, con respecto a las demás", comentó el escultor.
Las estatuillas de este año incluyen representaciones para 35 disciplinas deportivas y una especial para el "Entrenbador del Año" y la del "Deportista del Año". "Cada pieza mide 32 centímetros de alto y tiene un diseño estilo Art Decó, que fue el concepto original que me inspiró cuando comencé con este proyecto. Cada una es única y personalizada, lo que representa un gran desafío y también una enorme satisfacción", explicó.
La relación de Mandrini con los Premios San Pablo se remonta a su primera edición. "Cuando se empezó, eran solo 25 estatuillas, incluyendo una para el "Deportista del Año". Recuerdo hablar con el Contador Carlos Valentini sobre el diseño, y el padre Vicente Melchior también estuvo involucrado en el concepto inicial", relató.
Con los años, el evento creció en magnitud y relevancia, sumando nuevas disciplinas y reconociendo más talentos. "Hubo un momento, en 2005, en que llegamos a tener hasta 46 disciplinas en un solo año. Fue un auge tremendo", rememoró Mandrini.
Uno de los hitos más memorables para el escultor fue en el año 2000, cuando realizó una versión especial del San Pablo en mármol y se le entregó al "Deportista del Siglo". "Ese fue un encargue muy especial, y recuerdo que lo ganó Carlos Boly, un gran basquetbolista. También hicimos un San Pablo de gran tamaño, de 70 centímetros, que fue donado como agradecimiento a Canal 2 por la organización del evento", destacó.
UN LEGADO PARA EL DEPORTE
Para Roberto Mandrini, participar en los Premios San Pablo, no es sólo un trabajo, sino también una forma de conectar con el deporte local, algo que lo apasiona desde siempre. "Como deportista, disfruto mucho de esta fiesta. Es un evento que motiva a los atletas a dar lo mejor de sí. Más allá de ganar, lo importante es estar ternado y ser reconocido por tu esfuerzo", afirmó.
Sobre el proceso de selección de los premiados, Mandrini destacó la seriedad y compromiso de las instituciones involucradas. "Las ternas las presentan las instituciones deportivas, y eso le da mucha legitimidad al proceso. Pero al final, lo que importa es el espíritu de reconocimiento y celebración del deporte", reflexionó.
Con más de 30 años de trayectoria en la escultura, Mandrini sigue afrontando cada edición de los Premios San Pablo con entusiasmo y dedicación. "Este año fueron 37 estatuillas, un poco más que el anterior. Cada vez que termino una, siento la misma emoción que cuando empecé. Es un orgullo ser parte de algo tan significativo para nuestra comunidad. Desde que comenzaron a entregarse los premios San Pablo hasta ahora voy haciendo 924 estatuillas, así que en 2 o 3 años llegaré a las 1000", concluyó.
El próximo lunes, las obras de Mandrini, volverán a ser el símbolo tangible del esfuerzo y la pasión deportiva en Coronel Pringles, reafirmando el vínculo entre el arte y el deporte en una noche inolvidable.