Antes de la colonización europea, estas tierras estuvieron habitadas por los indios Pampas y Puelches, ambos de ascendencia tehuelche, y a partir del comienzo del siglo XIX, los pueblos de la etnia Araucana también se establecieron aquí. Destacadas figuras como Martín Rodríguez, Juan Manuel de Rosas, DOrbigny y Darwin dejaron constancia de sus expediciones militares y científicas a través de este territorio. Aunque las primeras concesiones de tierras en arrendamiento se otorgaron alrededor de 1858, no fue hasta después de la instalación del Fuerte Belgrano en 1870 que estas concesiones se consolidaron.
El año 1877 presenció el gran malón de Calfucurá en el sur de la provincia de Buenos Aires, seguido por diversos enfrentamientos con los colonos en la región. En ese mismo año, comenzaron a otorgarse tierras en arrendamiento a colonos ingleses a lo largo de ambas orillas del Río Sauce Grande, con el objetivo de abastecer a la incipiente población en Bahía Blanca.
Hasta ese momento, esta tierra estaba bajo la jurisdicción del partido de Tres Arroyos. Sin embargo, después de completar la primera fase de la guerra contra los pueblos originarios liderada por el General Julio A. Roca, se consideró la necesidad de subdividir y ordenar la colonización de este vasto territorio. Por lo tanto, el 5 de julio de 1882, mediante la ley provincial 1.497, se creó el partido de Coronel Pringles. El primer Juez de Paz designado para gobernar fue Juan Pablo Cabrera, quien, una vez establecido en la zona, convocó a los vecinos para la primera reunión con el propósito de establecer un gobierno local, que tuvo lugar en la pulpería "La Alfalfa" de Palmiro Milani.
Las sucesivas Comisiones Municipales tomaron medidas fundamentales, como la fundación del pueblo, la planificación del trazado urbano, la construcción de edificios públicos, la promoción de la educación y la implementación del alumbrado, entre otras. El primer intendente elegido por el Concejo Deliberante fue Felipe Medina, quien ocupó el cargo entre 1890 y 1893, en cumplimiento de la Ley Orgánica Municipal de 1886, que requería una población superior a 2000 habitantes para la elección del intendente.
La inmigración europea desempeñó un papel fundamental en el crecimiento de la población, como evidencian las asociaciones fundadas en esos años: Sociedad Cosmopolita (1885), Sociedad Italiana (1887), Asociación Española (1890), Sociedad Francesa (1903) y Sociedad Israelita (1914). Estas organizaciones proporcionan una visión de la diversidad poblacional que se incorporó a la base criolla y aborigen.
Con la llegada del ferrocarril en los primeros años del siglo XX, la ciudad experimentó un impulso significativo, y con el tiempo, gran parte de la actividad se centró en el barrio Roca. La estación Pringles inicialmente formó parte del Ferrocarril del Sud (FCS), pero luego, tras la adquisición de los ferrocarriles británicos, se integró en la estructura del Ferrocarril Roca (FCGR). Actualmente, las vías del ferrocarril transportan trenes de carga, recordándonos la importancia de esta arteria en nuestra historia.