"En el campo, siempre estamos a merced del clima," comenzó Lageyre. "Ésta es una industria de cielo abierto, y de todos los factores que pueden influir en la producción agropecuaria, el clima es el único que no podemos controlar. Estamos viviendo periodos prolongados de falta de agua o, por el contrario, de excesos de lluvias y heladas. Estas condiciones extremas son particularmente preocupantes para los productores".
Actualmente, la región enfrenta un déficit de lluvias, lo que ya ha comenzado a generar inquietud entre los agricultores. "Nos encontramos en una época del año donde las lluvias son escasas, lo cual es preocupante," explicó Lageyre. "El invierno es una etapa donde los cultivos no requieren tanta agua, pero las condiciones actuales están siendo más extremas de lo habitual."
Las heladas, un fenómeno común en invierno, han tenido un impacto significativo este año. "El año pasado tuvimos un invierno muy benigno, pero este año no ha sido así," indicó Lageyre. "Las heladas afectan el desarrollo de los cultivos. Aunque no tanto a los cultivos destinados a cosecha, sí complican el crecimiento de las pasturas y los forrajes para la hacienda."
El verano pasado, marcado por la escasez de lluvias, ha dejado su huella en la capacidad de producir forrajes suficientes para el ganado. "Venimos de un verano sin lluvias y eso ha generado una situación crítica para la hacienda," afirmó Lageyre. "Los recursos forrajeros se han derrumbado, y eso sí es problemático."
Para enfrentar la falta de pasto, muchos productores han tenido que recurrir a suplementos como los rollos. "Cuando no hay pasto, se debe suplementar con rollos," dijo Lageyre. "Sin embargo, la falta de agua en primavera-verano ha impedido la producción de suficientes rollos. Hoy en día, conseguir rollos es un recurso escaso, y eso agrava la situación".
A pesar de los desafíos, los productores siguen sembrando. "El productor no puede darse el lujo de dejar un lote sin sembrar, a pesar de las dificultades," enfatizó Lageyre. "La siembra se hace, aunque los márgenes no sean buenos debido a los altos costos".
La tecnología sigue siendo un componente crucial en la agricultura moderna. "Hoy es inconcebible hacer agricultura sin aplicar tecnología," afirmó Lageyre. "No se trata solo de aplicar insumos, sino de manejar correctamente el lote y el barbecho. Es un proceso de manejo integral."
La falta de humedad y las heladas no solo afectan los cultivos, sino también la economía del ganado. "La gente tiende a retener el ganado hasta el último minuto," observó Lageyre. "Liberar animales por falta de alimentación es siempre el último recurso. Las heladas no afectan tanto a los cultivos destinados a cosecha, pero sí a las pasturas y los forrajes de invierno."
El pronóstico de ausencia de lluvias a corto plazo añade más presión a los productores. "A partir de fines de invierno y principios de primavera, los días son más largos y las temperaturas aumentan," explicó Lageyre. "Si falta agua en ese periodo, cuando los cultivos requieren más, se genera una situación crítica que compromete el desarrollo de los cultivos y la siembra de la próxima temporada."
La reciente ausencia de lluvias, combinada con vientos intensos, ha exacerbado la falta de humedad. "Este año, hemos tenido mucho viento y muy poca lluvia, lo que ha secado aún más los suelos," dijo Lageyre. "Es una situación que lamentablemente se repite casi todos los años y los productores deben adaptarse a estas condiciones."
Marcelo Lageyre también hizo hincapié en la importancia de planificar y gestionar los recursos de manera eficiente para mitigar los efectos adversos del clima. "Es fundamental manejar los lotes teniendo en cuenta estas condiciones climáticas," concluyó. "La planificación y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles pueden ayudar a los productores a enfrentar mejor estos desafíos."
La situación del campo en Coronel Pringles sigue siendo un tema de gran preocupación para los productores, quienes deben adaptarse constantemente a las condiciones cambiantes del clima. Con una combinación de tecnología, manejo adecuado y planificación, los agricultores pueden intentar mitigar los impactos negativos y asegurar una producción más estable en el futuro.