La ausencia de los afectos, es lo primero que uno registra, especialmente en momentos como éste
 La ausencia de los afectos, es lo primero que uno registra, especialmente en momentos como éste
PERFILES
Con estas palabras expresó la pringlense Mariana Plaza,  cómo vive actualmente este momento, donde  el coronavirus,  ha puesto en alerta a la población mundial.Ella es diplomática,  se desem-peña como  Ministro en la Embajada Argentina en el Reino Unido y contó en una entrevista cómo están trabajando para ayudar a regresar a los argentinos que aún no pueden volver a su país. Más allá de hablar de la actualidad del COVID-19 en Europa, también recordó su infancia y adolescencia en Coronel Pringles. "Hay algo mío que siempre quedó en Pringles", aseguró.
Mariana Plaza, nació un  7 de febrero de 1976, en Coronel Pringles y vivio durante su niñez y adolescencia en nuestra ciudad. Asistió al Jardín Nº 902, sus estudios primarios los curso en el Colegio Sagrado Corazón y los secundarios en la Escuela Agrotécnica, y  a los 18 años, ya  dejó  suelo  pringlense, para irse a formar en la ciudad de Buenos Aires  como  Licenciada en Relaciones Internacionales, lo que le abrió las puertas para hacer lo que más le gusta y lo que queria hacer desde pequeña. Es así que actualmente es diplomática, desempeñándose como Ministro en la Embajada Argentina en el Reino Unido. Allí vive junto a su esposo, su hijo y una hija del corazón en este difícil momento que estamos atravesando con la pandemia del COVID-19. Es así que en la entrevista de "Perfiles" de "El Diario de Pringles" de este domingo, conoceremos cómo es la realidad que se vive por estos días en Reino Unido, uno de los países de Europa y del mundo, más afectados por el coronavirus, y cómo se encuentran trabajando desde la embajada para lograr que los argentinos que han quedado varados, puedan regresar a nuestro país. Pero Mariana, no se olvida de sus orígenes y mucho menos de su infancia y su adolescencia en nuestra localidad y por ello también recordó esas lindas épocas.  


- ¿A qué jardín fuiste y dónde cursaste tus estudios primarios y secundarios?

Fui al Jardín N° 2. Empecé en el viejo edificio donde hoy funciona el Centro de Formación Profesional Nº 401 y tengo un recuerdo de una ceremonia en la que fuimos caminando en fila desde el edificio "viejo" al nuevo Jardín sobre la calle Dorrego. Era nuevo, inmenso, blanco, tenía calesita y otros juegos, y estaba mi tía. Yo creo que estaría en Salita de 5. Cuando fuimos para estas últimas fiestas con mi marido y mi hijo, encontré el viejo jardín abierto, entramos y reviví todos esos recuerdos. La primaria la hice en el Colegio Sagrado Corazón. También lo visité en el verano. Fue muy emocionante, hacía muchísimos años que no iba al Colegio. Mientras lo recorría y entraba a las aulas en las que estuve, se me caían  las lágrimas. Lo recordaba mucho más grande. El patio de mujeres, tantas horas de saltar al elástico, tantos momentos vividos con el Padre Melchior, recuerdo su sonrisa y su mirada. La elección de mi Secundaria fue acompañada de un poco de angustia, pues implicaba separarme de mis amigas del colegio. Fui a la Escuela Agrotécnica. Fue una experiencia memorable. Hice amigos entrañables y el background que me dio,  hasta me ayudó a posicionarme mejor en mi primer trabajo que ya estaba relacionado con las relaciones internacionales. Necesitaban alguien que actuase de enlace para proyectos de cooperación internacional entre INTA y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y ahí estaba yo, de la Agro.
Pero quisiera mencionar otras instituciones de Pringles que también influyeron muchísimo en mi formación y valores. El primero, es el Lion Institute de Silvina Santillán. Siempre digo que soy producto de dos semillas: la de mi mamá y sus libros y la de Silvina y su inglés como herramienta para acercarme al mundo. Cuando me preguntan por mi pronunciación siempre digo, "vayan de chiquitos a lo de Silvina".
La otra que quiero mencionar es INTERACT y los valores de servicio, compromiso, solidaridad, amistad y comunidad que nos dio a muchos jóvenes de Pringles. Integré una Comisión Directiva súper fuerte y comprometida con Cali de Medio, Caro Ruiz Moreno, Franco de Medio, Mariano Menéndez, tantos amigos. Hacíamos muchas campañas y todo Pringles nos ayudaba a alcanzar los objetivos.

- Después que finalizaste los estudios secundarios ¿Qué estudiaste?

Estudié la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador. Unos años más tarde, me presenté al Concurso Público que convoca anualmente el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto para ingresar al Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN). El ISEN es comúnmente conocido como la Escuela Diplomática. Allí nos formamos los futuros diplomáticos argentinos, así que allí me formé dos años más. 

 -¿Hace cuánto tiempo te fuiste de Pringles y con qué objetivo?

En 1993 terminé 5° Año y me mudé a Buenos Aires para ir a la universidad. Desde hacía años que sentía una atracción por conocer y entender el mundo. Mi historia con la diplomacia empieza con la vecina de mi amiga Lucila, que recibía en los veranos a sus sobrinos de Buenos Aires y ellos eran hijos de un diplomático. A mí me sonaba como algo tan aventurero, fascinante, libre, enriquecedor. Ellos me contaban que habían vivido en varios países (recuerdo claramente, Bolivia) y yo pensaba "quiero hacer eso".
Cuando llegó el momento de la elección de la carrera, estaba entre traductora de inglés y abogacía. Con mi amigo Esteban nos mandaron a hacer un curso larguísimo de orientación vocacional. Ambos terminamos siendo lo que nos dio el resultado, contador y diplomática.
La verdad es que siempre me atrajo la idea de ver al mundo como una aldea global de la que de alguna forma me sentía parte y a la que quería entender. Quizá eso me empujó a estudiar relaciones internacionales y luego a tomar la decisión de ingresar a la Cancillería. Todavía no he logrado entender muchas cosas, pero sí creo que todos somos parte necesaria de una gran rueda que hace al mundo girar.




-¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar en la embajada y cuál es tu función específica?

Una vez que ingresás al Servicio Exterior, luego de dos años de estudios complementarios, te gradúas como funcionario del Servicio Exterior de la Nación, de "diplomático", con el rango inferior de la Carrera, que es Secretario de Embajada y Cónsul de Tercera Clase. Y así comienza una carrera profesional por 35 años aproximadamente de funcionario del Estado argentino, no del gobierno. Al Servicio Exterior lo rige una ley específica (Ley. 20.957). 
Los diplomáticos tenemos la particularidad que trabajamos tanto en el país -en la sede de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, más conocida como la Cancillería- como en el exterior, en nuestras Embajadas, Consulados o Representaciones ante organismos internacionales.
Actualmente, estoy destinada en la Embajada Argentina ante el Reino Unido, en Londres. Aquí trabajo en la Sección Política, que está a cargo de llevar adelante la agenda bilateral entre los dos países (hay múltiples temas, cooperación, derechos humanos, medio ambiente, cooperación, ciencia y tecnología, por supuesto que la cuestión de las Islas Malvinas, etc) y hacer seguimiento de la evolución política del país sede y mantener informada a nuestras autoridades. Personalmente, hago un seguimiento cercano del Parlamento británico y a temas de Commonwealth.

-¿Qué es lo que más extrañás de Pringles?

Sin duda lo que quisiera es ver más seguido a mi familia y amigos. La ausencia de los afectos, es lo primero que uno registra, especialmente, en algunas fechas importantes y en momentos como éste, de gran incertidumbre global. 
Hay algo mío que siempre quedó en Pringles. Cuando partimos de un lugar querido, un pedazo nuestro permanece allí. Mi formación y mi ejercicio profesional es un permanente partir, dejar atrás. Cuando mi padre murió yo vivía en el África, a tres días de viaje de Pringles. Es quizás la parte más dura de mi carrera. 
Vivo lejos hace más de 25 años. Tanto tiempo que siempre decimos con mis hermanos que nuestro vínculo ha superado la necesidad de la presencia física. Aprendimos a vincularnos de una manera distinta, pero claro, a medida que nos vamos poniendo más viejos, cada vez que nos abrazamos, nuestros abrazos son más fuertes y entrañables. Y hoy con las redes veo a mis sobrinos evolucionar y casi no me pierdo nada. Y cuando mamá nos visita, además, vemos las cámaras de Pringles desde Londres… 
Nuestras raíces al tiempo que nos sostienen, nos definen. Algunos tuvimos la suerte que esa raíz esté en Pringles. Mi marido dice que no sabe cómo hago, pero que siempre me las arreglo, aún con extranjeros, para contarles en los primeros diez minutos de charla que soy de Pringles. "Si, si, como las papas fritas, pero en Argentina", les digo.  Algunos otros también me dicen "¿el pueblo de César Aira?". A Pringles más que extrañar, lo tengo siempre presente.

-Tu mamá y tu sobrino habían ido a visitarte antes del comienzo de la cuarentena, ¿Pudieron regresar a tiempo o debieron realizar varios trámites para poder volver, más allá de la cuarentena que realizaron acá?

Un ángel protector nos acompañó. Desde el momento que salieron de Argentina (principios de febrero), siempre tuvieron el regreso previsto para el 14 de marzo, vía San Pablo. Fue una visita muy esperada, especialmente por Faustino, que era su primera vez en Reino Unido y venía a estudiar inglés. Anduvimos por todos lados, incluso fuimos a Francia. Hasta que en un momento, a principios de marzo las noticias sobre COVID19 se intensificaron, el número de muertos en otros lugares de Europa empezó a aumentar. La gente empezó con el distanciamiento social y a utilizar barbijo. Hacía bastante frío. Mamá se auto recluyó en casa, un poco por frío y otro poco por el susto, ya que hablaban todo el tiempo de la gente mayor en Italia. 
De repente todo explotó el viernes 13 de marzo, los argentinos comenzaron a venir espontáneamente al Consulado diciendo que las compañías les habían cancelado sus regresos a la Argentina.
Ya para el sábado 14 cuando se iban mamá y mi sobrino  Fausti,            era todo  incertidumbre,     desconcierto y pasajeros en llanto, sin poder abordar en los aeropuertos. Llevábamos casi 24 horas atendiendo en el Consulado, miles de llamados y personas. En ese marco, la despedida de ellos fue durísima. Ambos con barbijos, guantes, alcohol y sin poder abrazarnos, despedirnos. Con distancia física. Gonzalo, mi marido, que es el Cónsul y yo, ya habíamos estado muy expuestos con ciudadanos y pasajeros y por eso no pudimos abrazarlos. Nos despedimos desde lejos y a la distancia, agitando las manos. Y la preocupación por mamá por ser grupo de riesgo. Mi sobrino que es un niño, decía "voy a cuidar a la abuela".
Hoy a la distancia -hace poco más de un mes que se fueron, pero parecen años-, agradecemos lo afortunados que fuimos. Su vuelo fue uno de los últimos que hizo conexión en San Pablo sin inconvenientes.
Mi cuñado fue a Ezeiza a buscarlos -y cómo iban a hacer muchas horas de exposición de Eric a ellos, el Servicio de Salud de la Intendencia le pidió que él también hiciese la cuarentena. Y así empezaron 14 días en los que por suerte ninguno desarrolló síntomas. En esos días yo sí desarrollé síntomas, pero ya esa es otra historia, por las dudas aclaro que estoy muy bien.


-¿Cómo es la actual situación que se está viviendo en Reino Unido con respecto al coronaviruis?

El Reino Unido ha tenido una aproximación un poco diferente al resto del mundo,  que no tomó las medidas tan  drásticas de cierre y aislamiento social, de distanciamiento, que  incluyeron varios  países de América Latina, nuestro país en particular, y otros países de Europa, lo hicieron de una manera  más paulatina. 
Haciendo memoria, incluso hubo un partido de Liverpool contra Atlético Madrid el 11 de marzo, un estadio lleno de gente.  El día que el Primer Ministro decidió cerrar los pubs, todo el país entró a sus casas, porque obviamente los pubs son los centros  de reunión social  de Inglaterra, y hoy hay una política de distanciamiento social, pero no hay un confinamiento como en Argentina. 
No es obligatorio, aunque hay una recomendación del  gobierno, y la recomendación es que salgamos una vez para hacer las comprar,  y una vez para hacer  ejercicio, por ejemplo durante una hora.  Poder ir a los parques, yo básicamente salgo por trabajo, y en los parques había gente haciendo picnic.
 
-¿Se cumple con el distanciamiento social?

Hay un factor económico y otro cultural,  y que tiene que ver con esto, de que cada uno tiene que ser responsable de sí mismo, respetar al otro. El distanciamiento social aquí es algo que no les cuesta demasiado, porque la gente no es como los latinos que dan abrazos y besos,  entonces es bastante fácil,  no estar en contacto. Incluso cuestiones cotidianas, como el proceso de pagar.  Aquí ya nadie usa efectivo, es todo con el teléfono, queda a cinco centímetros el aparato de cobrar, entonces es cultural. 

-¿Tenés  conocimiento de  argentinos que se encuentran aún sin poder regresar?

Lamentablemente todavía tenemos argentinos varados, a todos nos sorprendió ésto.  El día 13 de marzo empezó a aparecer gente en el consulado a las 9 de la mañana, preguntado qué es lo que va a pasar, ya hay medidas muy estrictas en argentina, y ahí empezamos a recopilar datos  y armar una planilla casera, al otro día ya estaban desarrollando un sistema formal, con un formulario en todo el mundo  en las páginas web de todas las embajadas y consulados, para que todos los argentinos varados, lo completen. 
La han completado alrededor de 1800 argentinos, un número muy grande, por suerte han regresado a la Argentina alrededor de 1300 hasta ahora, tenemos un universo  de 500  que nos quedan en distintas ciudades. 
Del grupo de los 1300 que regresaron, había muchos turistas, el grupo que queda ahora, está más dividido,  hay un grupo de turistas  por supuesto, que está deseoso de volver, y después hay un grupo grande que no se consideraban varados en principio, porque quizás tenían pasajes para abril, a mediados de mayo, y viendo que se acerca la fecha de su vuelta y todavía el mundo está parado, comienzan a preocuparse.  
Después están los turistas, alguien que planeó  las vacaciones en Europa o Reino Unido por 10 días y llevan 40 aquí. Hay gente que ha podido renovar sus alquileres, que han dejado hoteles y se han instalados en departamentos, y hay otros que están más complicados.


-¿Cómo se encuentran trabajando desde la embajada con los argentinos que han quedado varados?

Nosotros estamos en permanente contacto con todos, casi te diría que yo personalmente a través de uno de los teléfonos de guardia que tengo conmigo desde el día uno, en estos momentos de las 500 personas que hay aquí, debo conocer 250 historias, y mis colegas otro tanto, estamos permanentemente, las 24 hs asistiéndolos, respondiendo preguntas, somos una mezcla de mejores amigos, gente que los asesora sobre qué hacer con la cobertura médica, cómo llegar a Argentina, que les pasa,  si se les vence la visa, todo ese tipo de asesoramiento, a diferencia de lo que le ha pasado a la gente que se ha encontrado con páginas web de las compañías aéreas, y los 0800 que no responden, nos propusimos con todo el equipo de consulado de la embajada, de estar nosotros presentes, que del otro lado,  encuentren una voz que les hable argentino. 
-¿Han tenido lugar muchos decesos en Reino Unido?

Reino Unido lleva alrededor de 20 mil muertes, uno de los países, junto  con Italia, España, Estados Unidos,  y Francia, que  está liderando esta triste carrera. La verdad que el gobierno,  si bien dice necesitamos tener algunos indicadores antes de empezar a levantar la cuarentena,  llegamos a los 100 mil test, la línea de muertes está muy regular, hay asegurarse que no vaya a haber un segundo pico, entonces el gobierno ha dicho que quiere que se cumplan determinadas condiciones para empezar a reactivar.

-¿Cuál es tu objetivo de cara al futuro, vas a seguir trabajando allá por muchos años o tenés pensado en algún momento regresar a la Argentina?

Me voy a quedar algunos años más, probablemente cuatro. El tiempo de permanencia en cada puesto en el exterior varía de un país a otro. En mi primer puesto, en Uruguay, estuve 5 años; en el África, en Kenya, 3 y ahora estimo que serán más o menos unos cuatro más aquí.
En principio volveríamos a la Argentina por dos años y luego volver a salir al exterior. Así, hasta que nos jubilemos. Pero bueno, no es tiempo de planificar mucho a futuro. Se sumará otra gran variable que es la opinión de mi hijo Fermín que ya será adolescente para ese entonces.


-¿Cómo está conformada tu familia?

Estoy casada con Gonzalo Ortiz de Zárate, que también es diplomático, él es de Olivos, provincia de Buenos Aires y tenemos un hijo  que se llama Fermín, que todos lo conocen como  Fincho, que tiene 9 años y que ya ha vivido en Uruguay en Kenia, en Argentina durante 3 años y ahora en Londres. En Kenia conocimos a Grey, que es la niñera de Fincho y la conocimos cuando tenía 20 años y de a poco se convirtió en una especie de hija del corazón y cuando nos fuimos a la Argentina, se fue con nosotros y sacó la ciudadanía argentina y ahora está con nosotros en Londres, así que forma parte de nuestra familia, por eso siempre digo a todos que tengo un hijo biológico y una hija del corazón

- Algún mensaje o consejo que quieras transmitirle a la comunidad de Pringles en este momento que estamos atravesando.

En primer lugar,  les cuento que he estado cruzando información con el Intendente Lisandro Matzkin, quien me contactó para conversar sobre COVID19, al tiempo que se involucró de forma directa en facilitar la vuelta de dos pringlenses desde Ecuador.  
Este virus nos atacó a todos, no distinguió nacionalidad,  ni frontera; quizás ha sido un poco más benevolente, gracias a Dios, con los niños. Y por eso, la contundencia de nuestra respuesta a él,  tampoco debe distinguir nacionalidad, ni frontera. La medida de nuestro éxito en combatirlo será proporcional al esfuerzo colectivo, del mundo como comunidad, actuando todos en el mismo sentido. 
Para ello, cada uno de nosotros tenemos que aportar lo que podemos desde nuestro lugar. Es difícil y en muchos momentos desafiante, pero si nos quedamos en casa, protegemos a los más vulnerables y a nuestro sistema de salud. Por favor, que entre ellos,  está mi mamá en Pringles.



Publicado por EL DIARIO. Más información sobre el autor y los contenidos en este link


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