EFEMÉRIDES

Por el médico especialista en Cardiología Diego Weimann

La Hipertensión Arterial (HTA) es una patología con una alta prevalencia en nuestro medio, que cuenta con un sinnúmero de  ejemplos entre familiares, amigos y vecinos, y que, casualmente, también cuenta con “mitos” y “supuestos” que alejan la chance de éxito en diagnóstico y tratamiento médico. 

Para ponernos en contexto, y hablar de “verdades” inicialmente, debemos saber que conforme avanza la edad, 4 de cada 10 adultos sufren o sufrirán HTA, con el riesgo de dañar órganos fundamentales de nuestro día a día, los llamados “órganos blanco” (cerebro, corazón, riñones y ojos, a través de la retinopatía hipertensiva).  

Si a lo anterior le sumamos otras enfermedades acompañantes (Diabetes, Cifras elevadas de Colesterol y Triglicéridos, entre las más frecuentes) y/o factores de riesgo cardiovascular como obesidad (sobre todo la abdominal), sedentarismo y tabaquismo, el riesgo de Enfermedad Cardiovascular aumenta rápidamente.  

A partir de esto es que debemos ser conscientes de que la HTA no es un tema menor.  

Aquí empiezan los mitos: “Mi presión normal es 15/10…”  

El confundir “habitual” con “normal” es uno de los ejemplos más frecuentes en la consulta. Por definición, la HTA se diagnostica con cifras de Presión Arterial (PA) superiores a 140/90 mmHg, es decir, siguiendo el ejemplo: “14/9”. Por lo tanto si su PA es mayor a 140/90 mmHg, en tomas separadas, y en condiciones que su médico le explicará oportunamente, lamento informarle que UD es hipertenso. 

Otro mito es el viejo y querido: “Tengo presión nerviosa”. No hay bibliografía médica contemporánea que describa tal situación. En la clasificación de HTA, encontrará la HTA esencial (la más frecuente y que por definición es la que no tiene una causa que la justifique), HTA secundaria (aquella que aparece tras otro trastorno de salud que la precipita), HTA de causa hereditaria/genética, HTA de Bata Blanca (la que se pone de manifiesto en el consultorio ante el stress y la ansiedad que experimenta el paciente ante el médico) y la HTA enmascarada (inversamente a la anterior, es la que ocurre en la vida cotidiana con registros en consultorios dentro de valores normales.)  

Que un Hipertenso se “ponga nervioso” es lógico, ante situaciones de emoción, discusiones cotidianas o por alguna ocasión particular y claramente, es el momento en que NO debemos tomar la presión para hacer un diagnóstico definitivo. Lo que no es lógico es que ese momento sea el indicado para poner un rótulo de “Hipertenso” y por ende, enfermar a una persona sana que transitoriamente sufre una elevación en las cifras de PA.  

Por último, y para no aburrir con el relato, nos queda el “Yo como con sal porque después tomo la pastilla y listo”. Créame que si lo quiere hacer poner nervioso a su Médico, esta frase lo ayudará… Tratar a la HTA con medicamentos pero sin respetar la dieta “sin sal” es como intentar apagar el fuego y cada dos o tres baldazos de agua, intercalar uno de nafta. 

No sé si logro ser claro en el ejemplo.  

Párrafo aparte merecen los lineamientos higiénico-dietéticos que colaboran con el tratamiento farmacológico de la HTA, es decir, la dieta hiposódica (sin sal) y los hábitos saludables, pero serán objeto de un próximo artículo.

Gracias por su atención, espero que la información le sea de utilidad, y ante cualquier duda, consulte a su médico.