El 30 de octubre marcó el último día laboral de Jorge Colinas, conocido cariñosamente como "Jorgito". Durante sus 35 años de servicio en el Municipio de Coronel Pringles, Jorge desplegó su destreza y dedicación en el cuidado de la Plaza Pringles y las ramblas. En esta entrevista de "Perfiles" de "El Diario de Pringles", Jorge comparte sus experiencias, reflexiones sobre su trabajo y sus planes para esta nueva etapa en su vida. 

-Han pasado 35 años trabajando en Espacios Verdes. ¿Cómo fue su primer día en el trabajo y qué recuerda de aquel entonces? 
Mi primer día fue el 1° de septiembre de 1988. Recuerdo sentirme emocionado y motivado. Desde el principio, mi labor consistió en mantener la Plaza Pringles y las ramblas impecables, cortando el pasto, podando, regando y cuidando las rosas. Fue un inicio lleno de entusiasmo.

-Es la tercera generación de los Colinas en Espacios Verdes, ¿Cómo ha influido la tradición familiar en su trabajo y en su conexión con la Plaza Juan Pascual Pringles? 
La tradición familiar es algo que llevo con orgullo. Comenzó con mi abuelo en la creación de la plaza, siguió con mi tío Pedro, y luego estuve yo. Esta conexión generacional con la plaza la hace especial para mí. Siempre me sentí parte de algo más grande, contribuyendo a su belleza y mantenimiento. 

-¿Cómo describiría la relación con sus compañeros durante todos estos años? 
Teníamos un equipo maravilloso, especialmente en los últimos años, cuando quedamos solo tres. Éramos muy unidos, y esa unión se reflejaba en el cuidado de la plaza. Ninguno se llevaba los laureles; Trabajábamos juntos como una gran familia. Agradezco a mis compañeros por bancarme en las buenas y en las malas.

-¿Qué planes tiene para esta nueva etapa después de la jubilación? 

Aún no he organizado completamente cómo viviré esta etapa. Planeo visitar a mis compañeros, no sólo porque los conozco a ellos, sino también a sus familias. El vínculo que hemos creado es lo que hace especial este trabajo. 

Mirando hacia atrás, ¿Cuál es su balance después de 35 años de trabajo en Espacios Verdes? 
El saldo es muy positivo. Me llevo lindos recuerdos de los jefes, compañeros y también de aquellos que ya no están con nosotros. No sólo recuerdo a mis colegas de Espacios Verdes, sino también a los de Cultura, Prensa, Tesorería y del Palacio. Especialmente destaco a Eduardo Soria, un compañero bárbaro.

-¿Cómo describiría el último día de trabajo y la despedida que tuviste con tus compañeros? 
Hicimos un asado entre cuatro o cinco compañeros de la plaza. Fue un momento emotivo y lindo. Llevo a todos mis jefes en mi corazón y agradezco haber podido retirarme con salud.

-Al hablar de sus actividades diarias en la plaza, mencionas anécdotas. ¿Podrías compartir alguna que destaques en tu memoria? 
Hubo muchas anécdotas, algunas lindas y otras tristes. Recuerdo una vez que una mamá venía con el hijo y luego regresó con el nieto. Es hermoso ver esas historias en la plaza, es parte de lo que la hace especial.

-Después de tantos años en Espacios Verdes, ¿Cómo se siente hoy, disfrutando de su jubilación? 
Hay sentimientos encontrados, un poco de alegría y un poco de tristeza. Hoy me siento un poco más distendido, pero sigue siendo raro. Aún estoy procesando este nuevo camino.

-Habla de dedicarse más a la iglesia. ¿Cómo ha sido esa parte de su vida y qué espera lograr al enfocarte más en ella? 
Hace 25 años que estoy en la Iglesia Bautista. Quiero dedicarme más a la iglesia y al diálogo con la gente. Es una parte importante de mi vida y creo que hay mucho por hacer en ese ámbito.

-¿Cómo se organizaba para realizar su trabajo en la plaza?. ¡Tenía algún hobby aparte de su trabajo en la municipalidad? 

Siempre me enfoqué en la municipalidad y en mi trabajo en Espacios Verdes. En mis tiempos más jóvenes, también trabajaba a la tarde en la municipalidad. No tenía muchos hobbies aparte, mi dedicación estaba completamente al servicio de embellecer la plaza.

-Ha mencionado a Eduardo Soria y otros compañeros. ¿Cómo le gustaría que lo recordaran sus colegas y la comunidad en general? 
Me gustaría que me recuerden como alguien comprometido con embellecer la plaza y servir a la comunidad. Siempre trabajamos en equipo, y creo que el legado de cuidado y amor por la Plaza Pringles, debe continuar.

-¿Cuál fue la parte más gratificante de su trabajo en la plaza y qué consejo le daría al joven que tomará su lugar? 
Lo más gratificante fue ver la plaza siempre hermosa y ser parte de esa contribución a la comunidad. Mi consejo para el joven que tomará mi lugar, es que continúe trabajando en equipo, manteniendo la unidad y el compañerismo. La plaza es de todos, y todos debemos cuidarla.