La pringlense Mía Gorriti se prepara para buscar su clasificación al Mundial de Patín en China
RUMBO A UN SUEÑO MUNDIALISTA
Con esfuerzo, dedicación y el respaldo de su comunidad, la joven de 17 años se ilusiona con representar al país en la máxima cita internacional del patín artístico. "Clasificar ya sería cumplir un sueño que tengo desde chica", dice Mía.

A sus 17 años, Mía Gorriti no vive una adolescencia como la mayoría. Mientras muchos de sus compañeros disfrutan del receso escolar o planean salidas con amigos, ella entrena sin descanso. El objetivo lo vale: en octubre de 2025, China será sede del Campeonato Mundial de Patín Artístico, y Mía quiere estar allí. Pero antes, tendrá que superar un último gran desafío: el Nacional Absoluto de San Juan, que se disputará entre el 28 y 29 de agosto, y que definirá qué dos patinadoras argentinas representarán al país en cada categoría.
"Ser parte de un Mundial es el sueño de cualquier patinador. Desde chica soñaba con eso, y hoy estoy muy cerca. Entrar al ranking y quedar entre las dos mejores sería cumplir un deseo que tengo desde siempre", cuenta Mía con una mezcla de ilusión y realismo.
ENTRENAMIENTOS EN EL CENARD: EXIGENCIA TOTAL
La última semana de vacaciones escolares no la pasó descansando, sino concentrada en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Durante dos días de trabajo intenso, compartió pista con las mejores patinadoras del país.
"Entrábamos a las ocho de la mañana y nos íbamos a las nueve y media de la noche. Fue una concentración muy exigente. Tuvimos doble turno de pista, preparación física, pruebas escritas, flexibilidad, técnica... todo. Es solo para deportistas de selección, así que el nivel es altísimo", explicó.
Cada día incluía bloques de una hora y media por actividad, con media hora de descanso entre cada uno. Allí no solo se practica la técnica sobre patines, también se trabaja la expresión corporal, la danza, el ballet y todo lo que hace a la estética del deporte.
"Se evalúa todo: cómo girás, cómo te expresás con la cara, con las manos. Por eso entrenamos danza y ballet, porque eso se traslada a la pista", señala Mía. Y agrega: "No es solo técnica. Hay que transmitir algo cuando patinás, contar una historia".
UN CAMINO DE SACRIFICIOS
A lo largo del año, Mía ya compitió en dos torneos nacionales y dos internacionales, entre ellos el reciente Panamericano, donde alcanzó un valioso séptimo puesto. "Estoy muy contenta con el resultado. Quedé segunda entre las argentinas, y fue en una categoría súper competitiva".
Detrás de cada logro hay esfuerzo, constancia y renuncias. Mía reconoce que muchas veces tuvo que faltar a encuentros familiares, reuniones con amigos o incluso vacaciones. "Es un sacrificio grande. No podés bajar el ritmo, y entrenamos todos los días. Pero vale la pena cuando se ven los resultados", afirma.
Además de entrenar, ayuda como docente en su club e inspira a nuevas generaciones. "Hay nenas chiquitas que me ven patinar o me cruzan en el colegio y me dicen que quieren aprender. Algunas ya entrenan conmigo. Eso es hermoso, porque también es parte de lo que me motiva".
TÉCNICA, COREOGRAFÍA Y PERFECCIÓN
En el patín artístico no hay margen para el error. Cada presentación debe reunir una combinación precisa de elementos técnicos obligatorios, que cada patinadora integra a su coreografía como mejor lo considere. La cantidad de giros, saltos y combinaciones deben ejecutarse con máxima perfección.
"Cuando giramos, por ejemplo, trabajamos desde el abdominal, el cuello, los hombros, todo. Cada parte del cuerpo tiene que estar alineada para lograr estabilidad", detalla. "Entrenamos con preparadores físicos personalizados, y ajustamos cada movimiento a lo que requiere el deporte".
A veces, incluso, se realizan cambios a último momento en las coreografías, dependiendo de cómo se sienta el cuerpo, del piso, o del análisis de las competidoras. "Durante las concentraciones miramos videos de patinadoras de Europa, donde el nivel es muy alto, para aprender y perfeccionar nuestra técnica".
EL ÚLTIMO PASO: EL NACIONAL ABSOLUTO
La competencia más importante del año será a fines de agosto, en San Juan. Allí se definirán las dos patinadoras argentinas que participarán del Mundial. Mía competirá en la categoría Junior, una de las más exigentes, tanto por el nivel como por la edad.
"Estoy entrenando para eso. Es lo que define todo. Voy como primera categoría, pero el ranking se actualiza ahí, así que depende del rendimiento", explica. Para clasificar, no solo se considera el puntaje técnico, sino también el carisma, la presencia escénica y la personalidad al patinar.
"Hay veces que miramos de afuera, repasamos nuestras coreografías y cambiamos detalles. El nivel es muy parejo, todo puede hacer la diferencia", señala.

UN SUEÑO LLAMADO CHINA
Aunque todavía no tiene asegurado el pasaje, Mía ya se permite imaginar lo que sería representar a la Argentina en un Mundial. "Sería un sueño. Ya con participar me sentiría realizada. China está lejos, pero no imposible".
El torneo se disputará en octubre, aunque aún no se confirmó la fecha exacta. En caso de clasificar, deberá encarar una nueva etapa de preparación aún más exigente. Y también buscar apoyo económico para poder viajar.
"Desde el ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento) solo ayudan a quienes ya han sido mundialistas. Así que por ahora no tengo respaldo desde ahí", explica. "Por suerte, cuento con el apoyo del municipio, de mi familia y de vecinos de Pringles que siempre me ayudan cuando organizamos rifas o eventos. Estoy muy agradecida".
La parte económica, dice, "es una preocupación que no debería estar en este nivel, pero lamentablemente influye. Por más talento o técnica que tengas, si no tenés apoyo, es muy difícil".
ENTRE EL PATÍN Y LA UNIVERSIDAD
Mía cursa el último año del colegio Sagrado Corazón y ya tiene planes definidos para el año próximo. "Voy a estudiar Psicología en Bahía Blanca. Ya me anoté y la idea es coordinar los estudios con el entrenamiento. Como allá tengo a mi profe, creo que lo voy a poder organizar bien".
La rutina no será fácil, pero ella está acostumbrada a los desafíos. "Sé que el primer año de universidad es duro, pero voy a hacer todo lo posible para seguir patinando. No quiero dejarlo", dice convencida.
Mía Gorriti no sólo representa a Pringles en cada torneo: es un modelo de perseverancia, constancia y pasión por el deporte. Fue elegida Deportista del Año 2024 en los Premios San Pablo, y es un orgullo para su comunidad.
Consultada sobre referentes en el patín, menciona a las italianas como las grandes dominadoras del mundo. "Allá están la campeona y el campeón mundial. Tienen un nivel increíble. Miramos mucho sus videos para aprender", comenta.
También valora la presencia de varones en el patín artístico, aunque admite que en Argentina aún se ve poco. "En Europa hay muchos más. A mí me encanta verlos patinar. Incluso a veces tienen una estética y una expresión que supera a la de nosotras", reconoce.
UN MENSAJE PARA PRINGLES
Antes de terminar la charla, Mía no olvida agradecer a quienes la acompañan desde siempre. "Gracias a mi familia, que me apoya en todo, al municipio, a las familias de Pringles que colaboran cuando lo necesitamos, y a toda la gente que me alienta", expresó.
Con los patines como motor y un sueño que la impulsa, Mía Gorriti se prepara para el mayor desafío de su joven carrera. El Mundial está cerca. Y si algo ha demostrado esta pringlense, es que los sueños, con trabajo y corazón, pueden volverse realidad.