Boca hizo lo que tenía que hacer. En Rosario, en una plaza siempre difícil, cumplió con su parte, con su misión, pasó por la boletería con autoridad, con decisión, con firmeza, pagó con el 1-0 a Newell"?s y sólo le queda armar las valijas para volver a viajar por el sueño de la Séptima. Sí, el equipo de Gago está virtualmente adentro de la Copa Libertadores 2025 y ahora le queda esperar que Huracán no sea campeón de la Liga o que Vélez gane la Copa Argentina para confirmar su boleto. Por lo pronto, se aseguró el quinto puesto de la tabla anual y sólo necesita un pasito más...
Boca, en ese marco, en ese contexto, salió a jugar el partido con decisión, con autoridad, sabiendo lo que estaba en juego. Hubo, en ese sentido, un cambio sustancial en el ciclo Gago, que se vio potenciada en este partido en particular por la circunstancia. Pero en la general, el Xeneize parece haber recuperado también fuera de casa ese protagonismo que se le reclamaba.
De entrada nomás, Boca fue más dueño de la pelota que Newell"?s. Y también, en algún punto, de las chances. Si bien en el PT el local tuvo una clara que Brey le sacó a Schott al córner, al Xeneize hay que contarle la de Cavani (zurdazo que tapó Reinatti con posterior ¿penal a Giménez?) y un mano a mano que justamente Milton definió desviado.
Pero hay algo en este Boca de Gago que empieza a seducir, que marca un cambio, que muestra que hay una idea, otra idea: la permanente búsqueda ofensiva.
De la mano de ese patrón, Boca le sacó rédito al arranque del segundo tiempo. Porque además de dominar a Newell"?s, lo acorraló, lo llevó contra su arco. Y lo quebró. Tuvo, antes del gol, otra chance clarísima que Giménez, una vez más, no llegó a definir contra el arquero tras pase de Cavani. Hasta que llegó el 1-0, en una jugada para guardar y remarcar: fue de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Nació con Pol Fernández, fue para Fabra y derivó en la asistencia de Zeballos que Zenón definió entrando por el segundo palo.
El ex Unión fue la llave maestra que abrió el partido. Y no sólo por el gol, por otro gol a Newell"?s (también le había convertido en el 3-1 con Diego Martínez en el banco, por la Copa de la Liga). El volante fue decisivo porque encontró su lugar, en ese gris que dejaron Vangioni y Salcedo. Por ahí se metió, por ahí deambuló y por ahí lastimó, jugando acaso su mejor partido después de mucho tiempo.
Después del gol, se diluyó
El gol, sin embargo, no terminó de fortalecer a Boca. Tras haber conseguido lo que fue a buscar, el equipo perdió voracidad, perdió ataque, perdió peso en el área rival y empezó a retroceder, a refugiarse, a decaer en el ritmo. Por eso, Newell"?s salió de ese estado de shock en el que estaba, se puso de pie y empujó por el empate, que en ese momento del partido parecía muy lejano y que luego, con el correr de los minutos, ya no lo fue tanto. De hecho, terminó arrinconando a su rival.
Gago, entonces, reagrupó fuerzas: en pocos minutos salieron Milton Giménez, Cavani y Zenón, tres de sus principales hombres de ataque, y si bien mantuvo peso arriba con Brian Aguirre y Merentiel, el equipo ya no tuvo la misma consistencia y terminó por poner en riesgo el triunfo. Con lógica en algún punto, por lo que valía la victoria. Pero por otra lado, asumiendo un sufrimiento que pudo evitar.
Sin embargo, sostuvo este 1-0 en el Coloso que lo pone casi cara a cara con la Libertadores, esa Copa que tanto extrañó en este 2024...