Huerta Municipal de Pringles: donde la tierra brinda oportunidades y empleo
ACTUALIDAD
El Municipio busca cubrir el 100 % del terreno disponible con cultivos, sumar nuevos huerteros y ampliar la producción local de verduras y hortalizas.

La Huerta Municipal de Coronel Pringles sigue creciendo con un objetivo claro: generar trabajo, fortalecer la producción local y brindar oportunidades a quienes deseen emprender en el cultivo de verduras y hortalizas.
Así lo explicó Bernardo de Uriarte, subsecretario de Desarrollo Productivo, en diálogo con La Nueva.
"Queremos que no quede ni un solo metro de tierra sin cultivar. Apuntamos a producir más y que más gente pueda sumarse. Esta es una verdadera oportunidad para quienes tienen ganas de trabajar la tierra", afirmó.
El objetivo es que se produzcan en Pringles muchas de las verduras y hortalizas que se consumen en la ciudad ya que hoy son importadores de verdura. Por otro lado, la idea es darle la oportunidad a pequeños productores o gente que se inicie en esta actividad de tener un ingreso, aunque también pueden cultivar para autoconsumo.
El predio donde funciona la huerta se ubica en el ex matadero municipal, en el boulevard 0 y calle 24 de septiembre, lindero a la Escuela Agrotécnica. Allí, en un espacio de aproximadamente dos hectáreas, conviven tres invernaderos, un sector de cultivo a campo abierto y el Vivero Municipal.
El proyecto comenzó con cultivos al aire libre, pero fue creciendo con la construcción de estructuras protegidas que permiten producir durante todo el año. Hoy, el desafío es avanzar en la construcción de nuevos invernaderos y microtúneles, especialmente necesarios para enfrentar los fríos inviernos pringlenses.
"Queremos ampliar los metros cuadrados bajo cubierta. Ya proyectamos la construcción de otro invernadero y también de microtúneles, una tecnología más accesible pero muy útil para seguir produciendo en invierno", adelantó De Uriarte.

Actualmente, la huerta funciona con una combinación de personal municipal y huerteros particulares. El objetivo a futuro es que el 100 % del espacio esté en manos de productores privados.
Los huerteros "?que en su mayoría tienen entre 35 y 40 años"? reciben formación, semillas, plantines, herramientas, y maquinaria. A cambio, entregan un 20 % de su producción al municipio, que destina esos alimentos a comedores y otras instituciones.
"Algunos vienen con conocimientos previos, otros aprenden desde cero. Hace poco se sumaron dos mujeres sin experiencia, y están aprendiendo. Lo único que se necesita es tener ganas: es el único requisito", destacó.
Qué se produce
En invierno, la huerta ofrece verduras de hoja como lechuga, acelga, rúcula, cebolla de verdeo y remolacha. En verano, se agregan tomates, choclos, zapallos, zapallitos, zucchinis y berenjenas. La venta se realiza los sábados en ferias organizadas junto a verduleros locales, y ocasionalmente, en el predio de la huerta o en la plaza.
"La idea es cerrar el círculo: que puedan cultivar, vender su propia producción y, en un futuro, asociarse. No es un trabajo de tiempo completo, pero es un ingreso que ayuda, y puede funcionar como complemento económico", agregó.
Además del proyecto agrícola, el predio cuenta con una sala de elaboración habilitada donde se producen pastas, panificados, chocolates, masitas y pizzas. Allí también se brinda infraestructura, herramientas y formación para quienes quieran emprender.
"Es como una incubadora. Les damos el espacio para que aprendan y luego puedan independizarse y tener su propio emprendimiento. Mucha gente no podría hacerlo en su casa: no tiene lugar ni los recursos para montar un invernadero o una cocina equipada. Ahí es donde debe estar el Estado", subrayó De Uriarte.
La huerta también funciona como un espacio formativo. Gabriel Tellaeche, uno de los referentes del proyecto, acompaña de cerca a quienes se suman.
"Tiene mucho conocimiento en huertas. Si seguís sus indicaciones, tenés buenos resultados", explicó el funcionario.
Por último, De Uriarte remarcó la importancia de construir comunidad desde el trabajo asociativo, uno de los desafíos pendientes.
"Tuvimos una experiencia con una cooperativa que no funcionó, pero seguimos apostando al trabajo conjunto. Todo esto es un aprendizaje. Cada paso que damos nos acerca al objetivo: que la producción local sea una fuente de trabajo genuino y sostenible". Fuente: La Nueva