El recuerdo del pringlense que perdió la vida en el Crucero Belgrano
SENTIDO HOMENAJE
Aroldo Romano tenía 19 años y tripulaba la embarcación el 2 de mayo de 1982, el día en que fue torpedeada y hundida fuera del área de exclusión.

Tenía 19 años y era hijo de Nélida y Julián, dos vecinos trabajadores de nuestra comunidad. Aroldo Rubén Romano era uno de los 1.093 tripulantes que viajaban en el Crucero ARA General Belgrano el 2 de mayo de 1982, durante la Guerra de Malvinas, fecha en que el barco fue atacado por el submarino nuclear inglés HMS Conqueror, y perdió la vida junto a otros 322 argentinos.
A 43 años ya de aquel trágico hecho, todavía hoy Aroldo es recordado como una muy buena persona, con talento y una conducta ejemplar como jugador de fútbol, ya que en aquel entonces se desempeñaba como arquero en el Club Atlético Leandro Alem.
De hecho, la institución Celeste, en su memoria, dispuso como homenaje que las camisetas de los arqueros del club llevasen impresos el nombre de Aroldo Romano y la imagen de las Islas Malvinas.
Nacido el 20 de julio de 1962, Aroldo se había recibido de bachiller en la Escuela Nacional Normal Superior José Manuel Estrada, donde también había sido elegido por sus pares como mejor compañero.

Ya en 1981, cumpliendo con el servicio militar obligatorio, le correspondió por sorteo el Arma de Marina. Por ello, terminó siendo destinado al Crucero ARA General Belgrano, donde realizó varias capacitaciones obteniendo las mejores calificaciones.
Allí estaba el 2 de mayo de 1982 cuando, en el marco del Conflicto del Atlántico Sur y mientras el Belgrano navegaba por fuera de la Zona de Exclusión Total, a las 16.02 el primero de los dos torpedos ingleses encontró al pringlense ocupando un puesto en la sala de radar en la embarcación insignia nacional.

Su cuerpo se perdió en el mar, junto con los restos del crucero, 58 minutos más tarde. El sitio del hundimiento fue declarado tumba de guerra y también sitio histórico nacional.
Luego de su fallecimiento, Aroldo sería ascendido de soldado conscripto a cabo.
Su pérdida fue un hecho muy triste y doloroso para toda la comunidad de Coronel Pringles, en especial para su familia y sus padres. Su memoria está siempre presente en localidad, sobre todo en estas fechas, cuando se lo recuerda con ofrendas en el cenotafio ubicado en la intersección de calles Pellegrini y Alem.
Además, la senda de acceso a la ciudad y una calle llevan su nombre, y hay un mástil conmemorativo en la rotonda de los Bulevares 1 y 40. Fuente: La Nueva