Las malas noticias no cesan para Victoria Candia, la inspectora de la Guardia Urbana de Coronel Pringles que a fines de mayo fue brutalmente agredida por un hombre durante un procedimiento relacionado con un "?cuento del tío"? en aquella ciudad.
Es que poco tiempo después del ataque, a raíz del cual sufrió fracturas en la nariz y se le tuvo que practicar una cirugía, su marido tuvo un infarto que también lo imposibilitó de continuar trabajando en parquizaciones, actividad compartida por ambos.
Hoy en día la economía de la familia se ve afectada porque, por cuestiones de salud, ninguno de los dos sostenes del hogar puede cumplir con sus compromisos laborales.
La mujer, quien también resultó con lesiones maxilofaciales producto de una trompada que la desmayó en la calle, sigue con licencia médica por medio de su Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART).
A su marido Emanuel (45), en tanto, lo intervinieron quirúrgicamente para colocarle dos stents como consecuencia del incidente cardíaco.
Lógicamente que los 4 hijos menores de edad del matrimonio también sienten malestar por esta situación adversa, sobre todo a causa de las dificultades monetarias originadas por los obligados parates laborales de sus padres.
Por la agresión, la fiscalía le imputó a Miguel Ángel Valverdi (71) el delito de lesiones graves.
El ataque sucedió durante un operativo por un intento de estafa contra la madre del agresor, en aquella ciudad.
El acusado, que está en libertad, prestó declaración indagatoria e intentó mejorar su situación.
En los últimos días la denunciante amplió su declaración en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 9 bahiense, bajo subrogancia del fiscal Diego Conti.
Durante su declaratoria, la servidora pública brindó detalles de la operación en la que se le colocó un injerto costal para reconstruir los huesos de la nariz fracturados.
"En fiscalía me dijeron que la causa está avanzando, pero Valverdi sigue en libertad y hasta el momento no recibió ninguna imputación. El otro día, cuando estuve con el fiscal (Conti), le pregunté por qué el hecho no se calificó como violencia de género y me respondió que no corresponde porque no tengo ningún vínculo con el agresor", dijo Candia.
"Todavía estoy sin trabajar por ART. El daño que me causó es grande por no poder trabajar ni generar ingresos para mi hogar, como lo venía haciendo", agregó.
"Me hicieron como si fueran dos cirugías porque me cortaron debajo de una mama y me extrajeron cartílago de una costilla para la reconstrucción nasal. Todavía me estoy recuperando", continuó.
Para poder hacer frente a los inconvenientes económicos provocados por estas circunstancias extraordinarias, la mujer tuvo que vender "hasta lo que no tenía" y con ese dinero solventó distintos gastos.
Si bien Victoria percibe el sueldo básico por su función como agente municipal, debe destinar esas sumas al pago de un crédito bancario.
"Ema también se está recuperando; está con las defensas bajas y su médico me dijo que le va a costar mejorar a raíz del infarto que tuvo. Antes de infartarse, durante varios días concurrió al hospital y le decían que era un desgarro muscular, pero en realidad era un infarto", enfatizó la entrevistada.
"Le aplicaban inyecciones para un supuesto desgarro, pero en verdad estaba infartado. Así que lo derivaron de urgencia a Bahía Blanca, donde le colocaron dos stents: uno cuando estaba siendo trasladado en ambulancia y otro tres días después", acotó.
El hombre no tenía antecedentes de problemas cardíacos, aunque padece falta de masa muscular en la mitad de su cuerpo, según explicó su señora.
"Desde hace muchos años nos dedicamos a realizar parquización, por eso ahora no puede hacer nada de fuerza. Los médicos detectaron además que tiene colesterol".
"Es un conjunto de situaciones que no esperábamos y hay que afrontarlas con la ayuda de Dios, confiando y teniendo fe de que vamos a salir adelante", aseguró la víctima.
Daños y perjuicios
Candia es patrocinada por el estudio jurídico bahiense Cravero-Bugarini, que le envió a Valverdi una carta documento para reclamarle la reparación económica por daños y perjuicios.
Por otra parte la mujer confesó que se siente "sola y dolida" a raíz del "desinterés" de las autoridades municipales sobre su situación actual.
"Si bien la Municipalidad se está haciendo cargo del pago de mi sueldo, no me llamó nadie ni vinieron a mi casa a preguntarme si me hace falta algo o cómo está mi situación", aseguró la vocera.
Victoria manifestó que no reconocería a su agresor si se lo cruzara en Coronel Pringles.
"No le hice ni le dije nada para que reaccionara así. Sin mediar palabra, me golpeó", finalizó Candia. Fuente: La Nueva