Infobae dialogó en exclusiva con el doctor Derek Wallace, jefe del equipo de investigación que desarrolló y evaluó la eficacia de la fórmula tetravalente del laboratorio japonés Takeda que protege contra los cuatro serotipos del virus. Quiénes pueden recibirla y cómo será su aplicación en el país.
Quién iba a imaginar que los mosquitos se convertirían en protagonistas de la escena científica al convertirse en el vector de una infección viral que amenaza al mundo.
El dengue, endémico en más de 100 países, provoca 390 millones de nuevas infecciones y 20,000 muertes anuales a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cambio climático y la expansión de la urbanización no planificada han alterado el comportamiento del mosquito Aedes aegypti, vector del virus del dengue, llevando la enfermedad más allá de las zonas tropicales y subtropicales, alcanzando regiones como Estados Unidos y Europa.
Este avance significa que el dengue se ha transformado en una enfermedad con alto riesgo de pandemia, una realidad que no escapa a Argentina, que experimentó cifras récord en la última temporada con 132,237 infecciones y 65 muertes registradas en lo que va del 2023.
Sin embargo, surge una buena noticia: la vacuna tetravalente, aprobada por la ANMAT en abril, que reduce en un 84% el riesgo de hospitalización y en un 61% los casos de dengue sintomático, está disponible en el país desde principios de este mes en los centros de vacunación privados, según informó el laboratorio Takeda, responsable del desarrollo de la vacuna.
La vacuna, conocida como Qdenga, protege contra los cuatro serotipos del virus del dengue y ha demostrado una eficacia general del 80,2% para prevenir los casos sintomáticos en los 12 meses siguientes a la aplicación. Infobae entrevistó en exclusiva al Dr. Derek Wallace, jefe del Programa Global de Dengue de Takeda, quien lideró la investigación global sobre la seguridad y eficacia de la vacuna durante un ensayo clínico de 5 años con más de 20,000 voluntarios.
La vacuna se administra en dos dosis con un intervalo de 3 meses y está destinada a personas mayores de 4 años, sin límite de edad, que hayan tenido o no la infección. Está contraindicada en embarazadas, mujeres en período de lactancia y en pacientes con inmunocompromiso. La aplicación se realiza bajo prescripción médica en los centros de vacunación privados del país.
El Dr. Wallace describió el desarrollo de la vacuna como una combinación delicada de "arte y ciencia", atenuando el virus a un nivel que previene los síntomas del dengue en el organismo mientras se busca lograr una respuesta inmunitaria robusta.
La vacuna ha pasado por un riguroso estudio de cinco años, el Estudio de Eficacia de la Inmunización Tetravalente contra el Dengue (TIDES), que evaluó su eficacia y seguridad en ocho países con diferentes realidades de circulación del virus. Los resultados mostraron una disminución del 84% en las hospitalizaciones por dengue y una reducción del 61% en los casos sintomáticos, elevándose al 80,2% de eficacia general a los 12 meses de la aplicación.
El Dr. Wallace destacó que la vacuna ofrece una protección prolongada de al menos cuatro años y medio, y puede aplicarse incluso a personas que ya hayan tenido la enfermedad, siendo un beneficio clave para aquellos en riesgo de desarrollar formas más graves.
En Argentina, donde el dengue ha superado las áreas tradicionalmente endémicas, la vacuna se presenta como una herramienta crucial para frenar la propagación de la enfermedad. Aunque su incorporación al Calendario Nacional de Vacunación depende de evaluaciones adicionales, la disponibilidad en centros privados brinda una opción para aquellos en riesgo. El costo de cada dosis es de aproximadamente 37,000 pesos, y el laboratorio Takeda trabaja para incorporarla en planes de cobertura con obras sociales y prepagas.
A medida que el dengue se vuelve una enfermedad "endemo-epidémica", la vacuna emerge como una esperanza tangible en la lucha contra esta amenaza global, brindando no solo protección inmediata, sino también un paso significativo hacia la mitigación de su impacto a largo plazo.
Con información de Infobae