PERFILES

Lo dijo el pringlense Facundo Quiroga, a quien entrevistamos en Perfiles de este domingo dado que esta semana se conmemoró el Día Nacional del Payador. "Formar parte de los grandes festivales de mi país, es el sueño que de niño tenía en mi hogar cuando jugaba a ser payador y representar a mi querido Pringles", dijo orgulloso y feliz. 

En Argentina se celebra el 23 de julio el Día Nacional del Payador por haberse realizado en esa fecha del año 1884, en Montevideo, la famosa payada entre Juan Nava y Gabino Ezeiza.

En Buenos Aires (Argentina) existe un monumento al payador ubicado en Tres arroyos. Cada año, se reúnen ahí decenas de payadores para celebrar el día del Payador. No fue hasta en 1996 donde se celebró la primer fiesta conmemorando al Payador.

El payador posee una virtud innata para expresar reflexiones casi filosóficas en un breve instante en que su pensamiento se las dicta. Todo es repentino, nada se tiene escrito.

Este género es muy popular en toda América de habla hispana, especialmente en Uruguay, Argentina, Chile y Brasil.

El payador nace en el campo, utilizó la payada como forma de expresar sus sentimientos y la realidad que le rodea. Se podría decir que es un poeta, que cuenta con gran maestría y habilidad innata lo que ve y/o le sucede, acompañado de su guitarra y con rima improvisada.

Cuando una payada es a dúo se llama contrapunto, por lo que sería un duelo cantado.

Teniendo presente la conmemoración del Día del Payador, Pringles cuenta con un digno representante. Se trata de Facundo Quiroga, que dio sus primeros pasos presentándose en actos escolares y en eventos familiares, siendo un niño. Luego, en la adolescencia tuvo la oportunidad de presentarse en una audición radial y desde entonces, su carrera fue en ascenso llegando a presentarse en el Festival de Jesús María. La payada ya dejó de convertirse en un hobbie para pasar a ser un oficio para el pringlense, quien vive en La Madrid, pero siempre regresa a la ciudad a visitar a su familia y por supuesto, a presentarse en diferentes eventos. En Perfiles de este domingo conocemos la vida de este payador pringlense destacado, quien nos habló de sus proyectos, sus sueños, los objetivos para este año y a futuro, y hasta les dedicó un mensaje especial a los adolescentes que se sienten atraídos por la payada, pero no se animan a enfrentar al público.

¿Dónde naciste y en qué barrio te criaste?

-Nací en Bahía Blanca el 13 de noviembre de 1986.  Me crié en Coronel Pringles en el barrio de la Escuela 11.

¿Cómo comenzaste con el tema de las payadas? ¿Eras muy chico?

-Desde muy pequeño empecé con las payadas a raíz de que en mi hogar paterno se escuchaba mucho a los payadores, ya sea por la radio o en esa época por medio de los cassettes. Cuando tenía 4 o 5 años jugaba a ser payador e improvisada, sin tener noción de lo que era armar un verso octosilábico.

¿Cuándo empezaste a presentarse en eventos? ¿Fue en la escuela?

-A veces me presentaba en los actos escolares o en            reuniones familiares. Hasta que un día por invitación de Claudia Rivas, llegué junto a mi padre y a él amigo, Enrique Comerio, a la audición radial llamada "Canta la Tierra", allí dije mi primer verso. Luego estuve en diferentes programas de radio como "Tierra Gaucha" de la querida y recordada Teresa Vargas. Y mi primer escenario como cantor fue el Fortín Tradición y Libertad, en una peña  que organizaba la señora Mari Fernández.

¿En qué momento se te dio la oportunidad de tu primera payada en el escenario?

-Mi primera payada o sea mi debut como payador, ocurrió cuando tenía 15 años y fue en "El Fogón de los Gauchos, en una Peña a beneficio de  Bomberos Voluntarios donde improvisé junto a mi maestro, Carlos López Terra y José (Pepe) Tejerina.

¿Después se fueron sucediendo los escenarios?

-Sí con el tiempo las actuaciones llegaron de la mano de Elsa Juárez, una gran persona a la cual aprecio y admiro. Me empecé a presentar en escenarios de Necochea y Tres Arroyos. Luego con la ayuda de Carlos López Terra empecé a recorrer la provincia.

¿Qué es lo que más te gusta del mundo de la payada?

-Lo que más me gusta es la magia de lo impredecible, porque al improvisar, uno inventa sin saber en qué va a rematar. El cerebro tiene ocultas filosofías, que a veces uno no sabe que tiene.

¿En qué lugares o festivales destacados te has presentado y te han dejado una experiencia única?

-Me he presentado en muchos lugares del país. Estar en el Festival de Jesús María fue un sueño cumplido al igual que presentarme en Uruguay. Después formar parte de los grandes festivales de mi país, es el sueño que de niño tenía en mi hogar cuando jugaba a ser payador y representar a mi querido Pringles.

¿En qué te inspiras para payar?

-Me inspiro en lo que veo, en los motivos que me presta la situación del momento cuando improviso.

¿Todos los fines de semanas tenés presentaciones? ¿Hace mucho que no venís a Pringles?

-Sí, por suerte tengo trabajo todos los fines. La última presentación en Pringles fue para el festival del Fortín Tradición y Libertad.

¿De lunes a viernes seguís trabajando en el campo? ¿Seguís viviendo en La Madrid?

-Este arte del payador se transformó en un oficio, así que en la semana  me dedico a mis caballos, mis perros y mi familia. Y si, aún sigo en "Las Martinetas (La Madrid).

¿Cuál es tu principal objetivo para este año? ¿Has grabado algún CD de payadas?

- Este año mi objetivo es volver a estar en el Festival de Jesús María. Estamos grabando un disco nuevo con un puñado de colegas, entre ellos, Jorge Alberto Soccodato,  Cristian Méndez, Nicolás Menbriane, Nacho Basteiro, Facundo Pistone y Pedro Saubidet. Y en agosto, arrancamos a grabar un nuevo disco en el cual todavía estamos en el armado y diseño del mismo.

¿Soñás con compartir el escenario con algún otro payador o artista?

-Con artistas, ya casi con la mayoría he compartido escenario. Pero tengo un sueño, que mi padre vuelva a florearme una milonga y que mis hijos canten junto a mí.

¿Tenés alguna anécdota que te haya marcado en esta carrera de payador?

-La verdad que tengo muchas anécdotas, son todas lindas, recuerdo vividos juntos a mis afectos. Una anécdota linda y triste, a la vez, fue cuando Walter Mosegui me llamó para improvisar con él, en la Rural de Azul. Esa fue su última payada. Una semana después  se fue a visitar las estrellas. Su esposa Amelia Basualdo tuvo el gesto maravilloso de regalarme el sombrero del nono Walter Mosegui, que anterior mente había pertenecido al Payador Chileno (Tranca) Castillo.

¿Cuándo te vas a estar presentando en algún escenario en Pringles?

-Fechas en Pringles aún no tengo, pero ya la mayoría del calendario está ocupado. 

¿En qué lugares te vas a estar presentando por ejemplo, en lo inmediato?

El próximo fin de semana estaré presentándome en Anguil (La Pampa). Luego en Tandil y América. 

¿La improvisación de payadas te sale natural o aprovechás a leer para nutrirte de nuevos conceptos y palabras? 

-Leo bastante para nutrir mi lenguaje. Me gusta todo tipo de lectura. 

¿Algún proyecto pendiente que te quede en tu carrera como payador?

-Tengo muchos proyectos pendientes. El más importante es que mis hijos puedan seguir con este oficio.

¿Pensás que a tus hijos les interesaría seguir tu mismo camino? ¿Imitarte?

-Mis hijos tratan de hacer lo mismo que yo, pero quiero que sean ellos mismos, ese es mi deseo, no que me imiten. 

¿Qué se necesita para ser payador a tu criterio?

- Para ser payador se necesita nacer siendo payador.  El payador no se hace, se nace. 

¿Qué significa Pringles para vos?

-Coronel Pringles es el solar donde viví mi infancia, el paraíso de mi niñez, donde están mis afectos más importantes, el lugar donde mi corazón estará para siempre. 

¿Qué mensaje le dejarías a esos jóvenes a los que les gusta payar y no suben al escenario por vergüenza?

-Mi mensaje a los jóvenes es que se tomen con mucho respeto la palabra "payador". El arte se lleva muy adentro, una cosa es improvisar y otra es ser payador. El duende de la poesía se despertará, sólo así, ese día se darán cuenta si de verdad, recién en ese momento pueden empezar a llamarse payador. También les diría que dejen volar sus sueños, ellos son las  alas para su inspiración.